Era otra noche en la que no podía dormir, aún tenía miedo de las pesadillas, pero también se la pasó durmiendo toda la tarde junto al americano. Este no parecía tener problemas con dormir en cuanto tocaba la cama, y menos cuando abrazaba su torso mientras recargaba su cabeza en su pecho. Eso le dificultaba aún más el conciliar el sueño, pues la plática que tuvieron en la tarde significó bastante. USA entendió perfectamente su problema con las relaciones, le estaba dando su tiempo y espacio, y ni siquiera tuvo que explicárselo. ¿cómo iba a dormir si ese tipo de cosas lo enamoraban más?
Nada podría arruinarle la felicidad que sentía, sin importar si soñaba con Ali o sus hermanos. Nadie era mas importante en esos momentos.
Cayó dormido pasadas las 2:00 a.m y esperaba que las pesadillas no volvieran. La última vez que durmió (perdió la conciencia) no tuvo pesadillas, y una parte de él creía que por ese incidente ya no soñaría con RDA.
No parecía haber nada extraño en sueño, era la misma casa con las mismas cosas, como todos los anteriores sueños. Tal vez RDA decidió que no lo fastidiaría esa noche y no llamaría a nadie más para hacerlo en su lugar.
Suspiró con alivio mientras sonreía sin creérselo. Tal vez era una señal de que debía de aceptar por completo los sentimientos de USA.
Kaz- Rusi.
Pegó un brinco al sentir como tocaban su hombro mientras lo llamaban. La voz de su hermano, el segundo hijo de la familia, siempre le calmaba, tan comprensiva y cariñosa. Era quien solía darle grandes sermones por su actitud tan esquiva. Era quien le hacía entrar en razón.
Rus- Te he dicho que no me llames así, Kaz. - Revolvió el cabello del de menor estatura, sacándole una sonrisa pequeña a este.
Kaz- Y yo te he dicho que salgas a socializar. - Contratacó pellizcando levemente la mejilla del ruso. - Aunque lo has estado haciendo, y de una manera muy cariñosa.
Rus- Se sonrojó de golpe, sintiendo la vergüenza en sus mejillas. - Bu...bueno, tú sabes bien lo que pasó. - Recordaba todas las veces que fue con el kazajo por ayuda. Tal vez era torpe como toda la familia soviética, pero era quien más sentido común tenía al dar consejos. Aplicarlos era otro tema distinto. - Tuviste razón desde el principio.
Kaz- Era obvio que caerías enamorado. Hablabas tanto de él y te preocupabas como si ya fuera alguien importante.
Rus- Es demasiado importante para mi. - Definitivamente, Kaz era uno de sus más queridos hermanos. Sintió los dedos pasando por su mejilla, y la mirada del kazajo le decía lo feliz y orgulloso que estaba de él.
Kaz- Por eso mismo debes dejarlo ir.
Todo cambió en ese momento, pues el aura de su hermano demostraba tristeza. Sus ojos dorados estaban apagados y la sonrisa parecía tan forzada que dolía. Ahí comprendió por que se encontraban casi en la entrada, cerca de las escaleras.
Kaz- Podrías lastimarlo como a mi. - El rostro se llenó de lágrimas, a pesar de tener esa sonrisa dolorosa, esa misma que tenia el día que se marchó de casa. - No me escuchaste.
Rus- Kaz, ese día...
Kaz- Te dije que papá podía morir y me ignoraste.
Rus- Las cosas eran diferentes y creí que él estaba bien. - Lo tomó de las mejillas tratando de secar sus lágrimas que no paraban. - No quería hacerte daño.
Kaz- Pero lo hiciste. - Dijo en voz baja, mirando al ruso a los ojos. - Pensé que me ibas a golpear.
Rus- Yo nunca...
Kaz- Lo ibas a hacer. Lo pensaste mientras me llamabas cobarde.
Fue soltándolo de a poco, viendo la sonrisa aún presente. Era doloroso verla en sueños, pero recordaba cuando Kazajistán sonreía así para tratar de mantener a la familia unida. Como si juntara los pedazos rotos y lo quisiera embonar aunque no fuera la pieza. Nunca pudo ayudarle, nadie le quiso ayudar.Kaz- Me asustaste para después abandonarme. Te supliqué que no lo hicieras, y lo único que hiciste fue insultarme.
Lo había abandonado, de eso estaba seguro. Un día sólo empacó sus cosas y se fue. No hubo necesidad de avisarle, pues cuando salió de su cuarto se lo encontró a medio pasillo y comenzó a tratar de convencerlo de quedarse, por lo menos unas horas para pensarlo, pero lo pasó de largo. Ojalá se hubiera quedado ahí, pero tenía que seguirlo.
Kaz- Tenía tanto miedo. - Y ahí estaban los labios curvados, después de años de forzar una sonrisa. Él mismo ruso fue quien lo hizo llorar, pero no de la mejor manera. - Me dabas miedo.
Nunca escuchó a Kazajistán decir esas palabras, pero la mirada que le dio ese día fue suficiente. Lo recordaba temblando mientras lo tomaba del cuello, las palabras no pudieron salir de su boca, y sus ojos, tan abiertos por la sorpresa y el miedo, pero muy fijos en él.
Volvió a dirigir la vista al kazajo pero este ya no estaba. Sus ojos ya estaban apunto de soltar las lágrimas. Tal vez tenían razón, lastimaba a todos los que amaba. Incluso a su hermano, quien se quedó a su lado para ayudarlo, incluso ahora seguía apoyándolo, pero el sólo lo hirió.
RDA- ¡Ya estas comprendiendo! - Apareció frente a él, sonriendo tan cínico como siempre, juntando ambas manos en señal de festejo. - Eres un verdadero problema para los demás, por eso es que estabas sólo. - Acercó sus manos al gorro del eslavo para acomodar su gorro con cariño. - Estabas protegiendo a los demás de ti mismo. - Terminó acunando el rostro del menor con sus manos, tratándolo con cariño, como si fuera hecho de porcelana y se fuera a romper. - Tú mismo te diste cuenta, por eso estabas encerrado en tu mundo. Tal vez deberías de olvidar todo el drama amoroso y volver a lo de antes. - Las lágrimas del ruso comenzaron a caer, mojando las manos del alemán. - Todo era mejor cuando estabas sólo.
Rusia alzó sus brazos haciendo el ademán de querer separarse, pero al final terminaron cayendo junto con su cuerpo. Ya no podía más, y sólo pudo terminar de rodillas llorando sin parar.
RDA- Tranquilo cariño. - Se agachó a la altura del menor, envolviéndolo con sus brazos para consolarlo. - Yo siempre estaré aquí.
Reviviendo como por octava vez.
Bueno mijos, casi me les voy de fandom, pero regrese, y más inspirada que nunca, pero con más deberes y tareas que antes.
Pero como siempre dejaré de lado mis estudios para escribir, como ahora que debería de estar estudiando para los exámenes.
Pasaron tantas cosas por aquí, me metí al fandom de kny, fnaf,m y ofmd. También mi perrita se enfermó, casi se me muere y yo con ella como no. Ya se murió mi necesito pero ahora tengo un hámster. Muchas cosas cambiaron, pero ya esto y aquí.
Ya tengo adelantados los capítulos de los otros libros, y nomas les digo, regrese con más drama y lo pueden notar en este capítulo.
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ªNØR3XĪÇ
FanfictionAnorexia: Trastorno alimentario que provoca que la persona se obsesione con su peso y lo que ingiere. Quién diría que cierto americano sufriría de aquel trastorno. Rusia solo lo creyó cuando lo vio tirado en el suelo notando lo delgado que estaba...