Día 38

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El kazajo golpeaba levemente la espalda del mayor mientras sostenía su cabello. USA estaba vomitando el almuerzo de hoy, al igual ir lo hizo con la comida de ayer.

Fue extraño, hace unos minutos todo estaba bien, el estadounidense platicaba alegre una que otra anécdota con sus hermanos, comentándole también al kazajo sobre su extraño parecido con Canadá a lo que solo río por la comparación. Pero de un de repente el mayor se paró corriendo directo al bote de basura más cercano devolviendo todo lo que había comido.

Kazajistan no dudo ni un segundo en pararse para ayudarlo, aunque solo sea con apoyo.

USA- Creo...creo que ya pasó. - Se alejo del bote sentandose el suelo, echándose para atrás para poder recargar su espalda. - Solo dame unos segundos.

Kaz- Asintio mirandolo con preocupación, no era su intención pero miraba con lastima al mayor, era difícil imaginarse que USA, el país más egocéntrico y caótico de las juntas sufriera tanto cuando nadie lo veía. - Pensé que ya no lo hacías.

USA- ¿Hacer que? - Pregunto recuperando el aliento. Se sostuvo del borde de lo cocina y se levanto, también recibiendo un poco de ayuda del menor que presto su brazo como apoyo y lo guió hasta la silla.

Kaz- Rusia dijo que ya no vomitabas. - Llevo su mano al rostro del mayor notando que estaba bastante frío.

USA- Es muy extraño. - Sonrió pero se notaba que aún se sentía del asco. - Las náuseas desaparecen cuando él está cerca.

Kaz- Eso sonó algo cursi. - Había tomado una taza para llenarla con agua que había puesto a calentar en la mañana.

USA- Lo sé. - Soltó una risa aun con el dolor que comenzaba a tener en su estómago, y se dejó caer en la mesas acomodándose para recostarse.

Kaz- Rusia también es muy cursi. - Decía comenzando a buscar las cajas de té que seguramente tenía guardadas en algún lado, después de todo era hijo de UK y se le haría extraño que el americano odiara el té. - Pero a veces no sabe cómo decirlo. - Celebro al haber encontrado el cajón con varias cajas de diferentes tés. - El es más de acciones. - Volteo de reojo viendo al mayor ocultando su sonrojo entre sus brazos, al parecer el ruso ya se había encargado de demostrarle eso.

El kazajo dejo la taza de té enfrente del mayor, junto con la azúcar y una cuchara. Le dedicó una sonrisa al ver que este se descubría su rostro.

USA- Gracias. - Tomo la taza poniéndole una sola cucharada de azúcar, también había tomado la leche para ponerle un poco al té. Eso si dejo bastante extrañado al menor, estaba acostumbrado a ponerle mucha azúcar y nunca le había puesto leche, pero trato de no pensar mucho en eso, supuso que eran cosas que el inglés le había enseñado.

Se quedaron callados unos minutos, el americano parecía más calmado y ya no estaba tan pálido, pero aún así su estómago seguía igual, o tal vez peor por qué ahora ardía por todo lo que había desechado.

Kaz- Creo que tengo una idea. - Hablo esperanzado, la verdad había estado tratando de pensar en alguna solución para el problema de dependencia de USA hacia Rusia. - ¿Tienes el número de Rusia?

El estadounidense se sintió un imbécil, llevaban más de un mes de conocerse y nunca intercambiaron números de teléfono.
































Esto iba a ser publicado en la tarde, pero me quedé dormida cuando llegue del trabajo y después me pasó una accidente bien pendejo.

Me puse a limpiar mis lentes y no se cómo termine apuntandome a la cara el líquido ese.

Jsjsjsjsjsjsjsjs mi papá se cagó de risa. Fue el único que me vio.

Ahora tengo los ojos rojos e irritados.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora