Día 68

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Su padre no le hablaba desde que habían llegado a la casa. Era extraño no tener sus constantes y molestas advertencias de castigos, Kazajistán tenía razón al decir que ya eran adultos, no tenía los medios para castigarlos, pero tal vez ya había encontrado uno para Rusia. (no hagan eso muchachos, eso es violencia psicológica)

Rus- ¿Estas enojado? - Preguntó desde su silla, mirando a su padre que usaba el celular para ignorarlo a pesar de la notoria molestia al tener un ojo inflamado. No obtuvo respuesta, ni siquiera levantó la mirada para decirle con esta que no siguiera preguntando.

Siguió comiendo a pesar de que sentía nauseas, no importaba que tan mal se sintiera, él comía lo que le sirvieran, a pesar de no tener ni un poco de hambre. Solo comía con lentitud un trozo de pan, mientras que su dedo golpeaba su taza con rapidez. Se sentía muy ansioso, y tal vez no era buena idea tomar café si se sentía de aquel modo, pero aún seguía sin querer dormir.

Se recostó en la mesa sin dejar de ver a su padre, a veces eso funcionaba para que su padre lo perdonara, o eso hacia cuando cometía alguna travesura cuando era un niño. Pero verlo desde ese ángulo, donde USSR estaba sentado recto en su silla y con una expresión neutra, le hizo recordar a sus pesadillas donde su padre se encontraba sentado en la misma posición y con la misma expresión.

Se sentó recto en su lugar haciendo un movimiento rápido y estruendoso. Dio unas cuantas bocanadas de aire para que sus palpitaciones se calmaran un poco, pero volteo al frente encontrando que su padre por fin le miraba, pero con una ceja alzada por ese extraño comportamiento.

Rus- E...estoy bien. - Le tembló la voz, eso era malo, su padre le comenzaría a insistir sobre lo que le ocurría y debía de inventar algo lo suficientemente convincente para que no indagara tanto.

USSR- No estoy enojado.

Si que se alivió. Su padre le hablo además de que no tuvo que inventar nada, al parecer había pensado que su actitud era por la falta de comunicación.

USSR- Pero pudiste haber mandado un mensaje de que estabas con Kaz. - Dejó su celular a un lado para dirigir toda su atención a su hijo. Era cierto que no estaba enojado, bueno, tal vez si lo estaba, pero enserio estaba preocupado. - Te fuiste una semana, regresaste un par de días, y después te vas otras dos semanas sin dar señales de vida y diciéndole a Kazajistán que no dijera que estabas en su casa. - Alzó un poco la voz para dar a entender que le estaba regañando, pero aun así se escuchaba realmente preocupado. No es como si su hijo no se hubiera ausentado antes por tanto tiempo, pero procuraban tener algo de comunicación entre ellos, un mensaje, aunque sea un sticker de que estaban bien.

Rus- Perdón, no quería preocuparte así, ni involucrar a Kaz. - Tampoco había pensado en su padre, este había estado tan decaído desde que se mudaron y los únicos con los que hablaba eran él y sus 14 hermanos, y ellos no iban tan seguido, así que seguramente casi todo este tiempo en el que se ausento estuvo solo en su casa. - Pero no me sentía muy bien.

USSR- Sabemos que estas fechas te ponen mal.

Si, su padre también procuraba tratarlo de una manera más gentil y algo consentidor cuando se llegaba el 9 de noviembre, sobre todo unos días antes donde le preparaba de comer lo que quisiera.

USSR- Pero sabes que puedes hablar de eso conmigo. - Le habló suave, igual que cuando era un niño que le buscaba al estar asustado. - Él era importante para todos.

Rus- ¿Qué? - Le miró incrédulo sin creer que su padre dijo tal cosa. Nunca, en estos últimos 40 años o más, le había escuchado decir algo relativamente bueno de Ali. - ¿Enserio?

USSR- Enserio. - Le tomó a su café para tratar de disimular la molestia que le causo esa pregunta. - Prácticamente lo terminé de criar después de que su padre murió, no fue la mejor manera, pero hice lo que pude.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora