Día 66

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Algo que había aprendido de las pesadillas era que no le tenía miedo a Ali, por lo menos no tanto como antes. Las últimas veces, antes de irse de la casa de USA, había enfrentado al alemán, lo había tratado de alejar, pero este sabía que había alguien a quien le tenía más miedo.

RDA- Vamos, Rus ¿En serio tienes tanto miedo a que tu padre muera?

Comenzaba a odiar su voz, con ese tono de burla y superioridad, y esa maldita risa que podía escuchar hasta cuando estaba despierto. No podía apartar la mirada del alemán que se encontraba detrás de USSR sosteniéndole los hombros con fuerza, ambos llenos de grietas por su cuerpo, pero sin algún indicio de que les doliera.

RDA- Solo es un viejo que no sabe qué hacer con su vida, que está deprimido toda la semana, y sabes que es verdad, apenas y puede quiere salir de su habitación, y que salga de la casa es un milagro. - Toco las grietas del rostro del soviético haciendo que estas se hacían más grandes y que aparecieran más bifurcaciones. - Te dije que era mejor que muriera.

Rus- No lo toques, ya no le hagas daño. - Estaba cansado de gritar, no solo en este sueño, sino en todos los que ha tenido desde que dejo a USA. - Por favor, déjalo en paz.

RDA- ¿Ahora si te importa? - Dejo en paz al mayor para dirigirse al ruso que tembló al sentir el simple tacto en sus mejillas. - Recuerda que tu fuiste el culpable de que tu padre enfermara. - Le hizo voltear a ver al mencionado obligándolo a ver nuevamente como comenzaban a desprenderse algunos pequeños pedazos de su piel. - Tu iniciaste las peleas con tus hermanos, tú te marchaste y lo dejaste solo, tu firmaste la disolución de la USSR sin ningún remordimiento.

Rus- ¡Ya lo se! ¡Se que todo es mi culpa, pero deja de mostrármelo! - No sabía cuántas veces había visto morir a su padre en sus sueños, pero siempre era lo mismo, y él no podía hacer nada. - Ya no quiero verlo morir por mi culpa, Ali, solo termina con esto.

RDA- ¡Por fin lo entiendes! - Celebro dando pequeños aplausos que rebotaron en las paredes causando un eco. - Creo que hice un buen trabajo rompiéndote. - Dejo un beso en la mejilla del peliblanco, quien no hizo nada, solo dejando que el alemán siguiera con lo suyo. - Por hoy termine.

Despertó de golpe sentándose el sofá, volteo a todos lados viendo al kazajo hincado a un lado de él. Supuso que este le había despertado, pues se veía preocupado, como en todos estos últimos días.

Kaz- ¿Estas...estas soñando con Ali?

Abrió los ojos con sorpresa sin poder creer que el kazajo adivinara el motivo de sus pesadillas.

Kaz- Dices su nombre entre sueños. - Le dio unas palmadas en la cabeza, esperando que se calmara pues todavía tenía la respiración agitada. - Esta bien, solo fue un sueño. - Se sentó junto a él y le guio para que se acostara en sus piernas y comenzar a acariciar su cabello.

Rus- Se sintió muy real. - Dejo que su hermano siguiera con las caricias en su cabello, cerrando los ojos esperando que el trato que este le daba le tranquilizara un poco.

Kaz- ¿Recuerdas cuando teníamos pesadillas e íbamos a tu cuarto para dormir contigo? - Preguntó con una sonrisa nerviosa, no sabía si Rusia quería hablar sobre aquello, pero tenía que intentarlo.

Rus- Solo cuando papá no estaba. - Respondió cansado, no había estado durmiendo bien por obvias razones, pero tenía tanto sueño y estar con Kaz se sentía tan cálido.

Kaz- Ósea casi todo el tiempo. - Soltó una pequeña risa que fue apagándose al notar que el contrario no reía. - T...te contábamos que habíamos soñado porque según tu eso nos calmaría. - No obtuvo respuesta, por lo que paro de mover sus manos para verificar que el contrario siguiera dormido, pero su expresión molesta le decía que seguía despierto. - A...a veces funcionaba.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora