Día 35

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Estaba ansioso, quería ver al ruso y se había levantado mucho antes de que llegara. El día de ayer estuvo pensando en cómo Rusia se había vuelto alguien demasiado importante en su vida, sobretodo con el problema que tenía, ya que la noche que durmieron juntos no vómito y mucho menos sintió náuseas, se dió cuenta de eso cuando en la noche vómito lo poco que había comido. Y ahí estaba otro problema, solo comía cuando Rusia estaba cerca o cuando se lo decía. El día que fue a comer con su familia solo comió el tiramisú, al siguiente día que corrió a Rusia solo se comió los postres que dejó, y ayer solo almorzó lo que prepararon juntos. Sabía que no debía de depender de él para comer, pero si él no estaba cerca la nauseas regresaban.

Escucho las llaves por lo que paró casi corriendo para recibir al menor con un beso, quería comenzar con sus clases de besos, pero se quedó quieto en cuanto vio al ruso. Un enorme moretón en el ojo junto con el labio roto era lo que resaltaba a simple vista

USA- ¡¿Pero que te paso?!

Rus- ¿Uh, esto? - Sonreía mientras señalaba su rostro. - No te preocupes no es nada.

USA- ¿Cómo que no es nada? - Tomo la mano del ruso para llevarlo rápidamente a la cocina.

Mientras Rusia se sonrojaba por como su mano se entrelazaban con la del americano. Seguía avergonzandose por cosas tan pequeñas.

USA- Deja ponerte hielo en el ojo. - Había sentado a Rusia en el sofá de la sala y el fue rápidamente por lo mencionado regresando con varios hielos envueltos en una toalla y un pequeño botiquín.

Rus- No es necesario...

USA- Cállate y déjame curarte. - Miro amenazadoramente al menor dándole a entender que si no obedecía le dejaría el otro ojo morado.

El estadounidense le dió la toalla con hielos para que el mismo se la colocará sobre el ojo mientras que él le curaba el labio con un algodón lleno de alcohol recibiendo algunos quejidos de parte del de mayor altura por el ardor.

USA- No puedo creer que USSR te dejará así. - Tenía mucho cuidado al limpiar, no era una herida muy grande, pero parecía que había sangrado mucho.

Rus- ¿USSR? - Pregunto tratando de no reír por la idea tan errónea del mayor. - Mi padre no me hizo esto.

USA- ¿No? - No estaba seguro si Rusia decía la verdad o solo defendía a su padre.

Rus- Por supuesto que no, el nunca me golpearía, por lo menos no así. - Se quejo al sentir un ardor en su labio. - Mi relación con mi padre es algo rara, siempre nos da golpes en la cabeza o cuando alguno no se quiere levantar lo tiramos de la cama, nos molestamos mutuamente, aunque a veces me amenaza con algún arma pero si él realmente me quisiera herir ya lo hubiera hecho.

USA- ¿Entonces se golpean entre los dos? - Había terminado así que comenzó a guardar las cosas.

Rus- Si, pero principalmente él, a veces les llama golpes de amor. - Soltó una pequeña risa quitándose los hielos de la cara para descansar del frío.

USA- Entonces con que te hiciste eso.

Rus- Pues...- Se rascó la mejilla mirando para otro lado, era algo vergonzoso. - Estaba corriendo por qué mi papá quería saber donde había estado y si no le decía no me dejaría salir, pero Kazajistan salió de un cuarto y terminé chocando con la orilla de la puerta.

USA- Que idiota eres. - Rio por lo bajo viendo que el menor quería reclamar pero no lo dejo. Había juntado sus labios moviendolos suavemente para no lastimarlo, recargaba su brazo izquierdo en el sillón y su mano derecha lo tomaba de la mejilla para acercarlo. Siempre que lo besaba sentía el cuerpo del menor temblar, sobretodo sus labios que hacían un esfuerzo por corresponder, pero estos parecían no hacer caso. Al final se separó al sentir un leve sabor a sangre, no sin antes lamer la poca sangre que salió. Volteo a ver al menor dándose cuenta del enorme sonrojo que tenía por la última acción que hizo. - Si no corresponde mis besos no aprenderás a besar.

Rus- Es...es que...- Apenas y podía hablar, el beso lo había dejado sin aliento, no por la duración por qué no fue un beso largo, si no por la manera en que lo hizo. Comenzaban a encararle esos beso, pero...- Duele.

USA- Oh, perdón. - Se disculpo apenado por no haber pensado en que la herida del ruso era reciente y no solo tenía una herida, también un moretón apenas notable. - Tal vez debería de dejar de besarte hasta que te labio este mejor. - Se aparto del menor, soltando su mejilla y apartando la mirada, pero Rusia lo tomo de los hombros haciendo que lo volteara a ver.

Rus- Nego aún con el rostro sonrojado pero sus ojos parecían llenos de confianza. - Otro. - Más que una petición, fue una exigencia. - Quiero otro. - No supo cómo es que no se trabó al hablar si estaba más rojo que su padre.

USA- ¿Seguro? - El menor asintio frenéticamente, pero a pesar de eso nunca soltó al americano.

USA no se negó, era imposible hacerlo cuando el sabor de los labios de Rusia era tan adictivo. Uno pensaría que su sabor sería puro alcohol, específicamente vodka, pero había quedado sorprendido la primera vez que los había probado. Si, tenían un ligero sabor a alcohol, pero era penas notable por qué era opacado por el dulce sabor a manzana horneada.

Toda la mañana se quedaron en la sala, el mayor dándole pequeños besos al ruso, y este dejándose besar. Comieron ahí mismo, solo el postre que había traído el menor, que curiosamente eran manzanas horneadas hechas por Kazajistan. El postre favorito de Rusia.





























Perdón por no actualizar ayer, el calor me apendejo y se me había olvidado que ya no tenía capítulos hechos.

Voy a ver si alcanzo a publicar otro en la tarde.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora