Día 53

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Ya tienen lo que querían y pedían.

trate de que esto fuera diferente, me dicen como estuvo al final.

El ruso caminaba más tranquilo que antes, el estrés que antes sentía había desaparecido cuando salió de su casa en dirección a la de USA, su novio.

Su rostro se puso rojo mientras sacudía la cabeza para controlar sus emociones. No podía controlarse al pensar que ahora podía estar junto al americano como una pareja.

Y ahí iban otra vez sus mejillas a colorarse, pero en menor medida.

Fue extraño cuando le dijo que "sí" al americano, no fue algo que tuviera planeado, pero si algo que estuvo pensando durante mucho. Nunca hizo nada por las pesadillas que tenía, enserio le perturbaban, aun así, tenía la ligera sospecha de que ya no las tendría, por fin podría superar a Ali y a aquellos que daño sin querer.

También estaba el maldito problema de celos de su padre. Era, hasta cierto punto, desesperante, recordaba las constantes amenazas que USSR hizo a los pretendientes de sus demás hermanos, sobre todo con Finlandia. Y él sabía que con él se pondría peor, por eso había ocasiones en que odiaba ser el favorito. Pero bueno, ya tendría tiempo para arreglar eso, tal vez su padre podría escucharlo y comprender lo que sentía.

Por fin llego a la casa más grande del vecindario, nunca entendió porque vivía en una casa tan grande si vivía solo, supuso que era por su ego y superioridad. La suya también era grande, pero era porque sus hermanos venían muy seguido y en ocasiones se quedaban a dormir.

Abrió la puerta con calma tratando de no hacer ruido, no quería verse desesperado, además necesitaba respirar y controlar su reacción al ver al mayor, no quería ponerse rojo tan rápido. Con eso en mente subió las escaleras, abrió la puerta de la habitación con calma, sonriendo cuando vio al estadounidense dormido plácidamente entre el montón de cobijas, ya entendía porque no había bajado a recibirlo.

Avanzo con cautela hasta logar sentarse en la orilla de la cama, a un lado del mayor. Se veía tan calmado hasta juraría que sonreía, muy diferente a como dormía los primeros días que venía, se le notaba cansado y con unas ojerosas enormes a pesar de las horas que dormía. Sonrío acomodando los mechones de cabello que parecían estorbarle, haciendo que sus labios se curvaran y que sus ojos se apretaran, pero rápidamente volvió a su expresión serena de antes.

Se dispuso a dejar la bolsa de apfelstrudels en la mesa de noche, tal vez los comerían más tarde, pero se sorprendió mientras una sensación de alegría le recorrió. Había un plato vacío con lo que parecía restos de espagueti. Volteo a ver al americano, no podía evitar sentirse orgulloso por él.

USA comió solo.

Comió sin su ayuda.

Rus- Estoy muy orgulloso de ti. - Besó su frente apartando el cabello revoltoso que le estorbaba, acaricio sus mejillas con la yema de sus dedos antes de ser atraído por los brazos del mayor para darle un pequeño y corto beso en los labios.

USA- Gracias. - Le abrazo con fuerza mientras ocultaba su rostro en el pecho del ruso, trataba de controlar su respiración para disipar sus ganas de llorar, y las manos del ruso le ayudaban bastante con eso al sentir como estas le acariciaban la espalda en círculos de una manera lenta pero constante. - Gracias por estar conmigo a pesar de haberte tratado tan mal en un principio, por soportar mis berrinches, mis arrebatos de ira y por ser tan...no lo quiero decir, pero sé que soy muy terco. - Trató de reír, quería hacerlo para quitar aquella sensación horrible en su garganta que ya comenzaba a picar y a sentir una presión desesperante.

Rus- Si que lo eres. - Comenzó a besar el rostro del mayor para tranquilizarlo, podía sentir la tensión y la respiración pesada y algo acelerada, una reacción contraria a la que esperaba, pues realmente estaba feliz por él. No tardo en obtener aquella risa de puerquito que tanto amaba, pero su dueño odiaba, pidiéndole que parara de besarle o lo golpearía, sabiendo perfectamente que solo era una mentira, sabía que USA amaba esas acciones pequeñas que solo eran dirigidas a él. - Yo voy a estar contigo porque amo tus berrinches, tus arrebatos y tu terquedad. - Terminó de decir uniendo sus labios en un beso más largo que el anterior, ambos sintiendo una necesidad de sentirse más cerca, moviendo sus manos en un intento desesperado por acercarse.

ªNØR3XĪÇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora