Capítulo 23

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Luego de que Christoph fue herido en Berlín, lo trasladan a un lugar más seguro en la capital. Diana está curando sus heridas.

—Ya han curado bastante bien, puede que le deje alguna cicatriz, pero ya no hay riesgo de infección ya que por fuera casi se ha cerrado... Lo mejor es que no haga fuerza en lo que el interior se cura por completo

—No me importa si me deja una cicatriz, así cada vez que me mire al espejo recordaré cuando me salvaste la vida

Diana se sonroja un poco y él no deja de mirarla mientras ella le cambia las vendas. Diana se da cuenta y se pone un poco nerviosa. Cuando ella termina, se va, pero él la agarra de la mano.

—Gracias por cuidar de mi —Le sonríe—

Diana le sonríe de vuelta y asiente con su cabeza.

En la noche Christoph está teniendo una pesadilla y despierta sobresaltado. Ve a Diana a su lado.

—Escuché quejarte de dolor, pero vi que estabas teniendo un mal sueño... ¿Estás bien?

—Si... Suelo tener muchas pesadillas

—Lo he escuchado varias veces, pero hoy fue distinto —Diana le sirve agua. Le da el vaso— Mencionaste el nombre de Anna

Christoph se sorprende.

—Fue una amiga de hace muchos años... Ella falleció en un ataque terrorista

—Lo lamento… Si necesita algo no dudes en llamarme

—Te lo agradezco —Sonríe—

—Que descanse —Ella se acuesta nuevamente—

Christoph se queda pensativo mientras bebe agua y mira a Diana descansar en su catre.

Pasan varios días y Christoph va solo al hospital donde tienen a un prisionero americano. Él está apartado en una sala mientras es custodiado por soldados.

Al entrar ve un médico y una enfermera tratando de atenderlo, pero el prisionero no se deja.

—¿Que sucede?

—Lleva días castigado sin comer ni beber... Ahora me pidieron mantenerlo con vida, pero él no quiere que nadie lo atienda, al parecer quiere morir de una vez

—Déjenme a solas con él

El doctor y la enfermera se va. Christoph se queda con el hombre. Él está volteando, dándole la espalda, se puede ver en su cuerpo la desnutrición y muchas marcas de golpes.

—Supongo que eres Thomas Benton... Me enteré de que tu compañero murió hace unos días

—Ustedes... lo... mataron —Habla sin fuerzas—

—Yo no tengo nada que ver

Con dificultad Thomas se voltea de frente.

—Claro... que si —Lo mira con coraje— Por tu culpa... han muerto... mis compañeros... Arla McKenzie... John Davis... Erik Gardner... y todos los demás... Tienes la sangre de ellos... en tus manos... Maldito asesino —Le intenta escupir, pero al estar deshidratado no sale nada. Thomas pierde el balance y se cae de la camilla—

Christoph le ayuda a levantarse y lo acuesta nuevamente.

—¡Mátame... de una... vez!... ¿Qué... esperas? —Lo dice con la voz entrecortada—

—No puedo, tengo ordenes de mantenerte con vida. Mi General quiere que nos des información

—No diré... nada... Prefiero morir... de hambre... antes que... decir algo

Warrior LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora