Capítulo 25

34 4 0
                                    

A las horas Diana despierta de la anestesia. Está desorientada y se toca la cabeza, siente molestia en la incisión.

—Tranquila

Ella le toca el rostro a Christoph.

—Tengo mis ojos abiertos... pero no puedo ver... ¿Qué me... sucedió? ¿Dónde... estoy?

—Sufriste un golpe durante una explosión... El doctor dijo que perderías la visión de manera temporal

—No... recuerdo que... ocurrió

—¿Sabes quién soy?

—Christoph... Schneider

—¿Qué es lo último que recuerdas?

—Tengo memorias leves... de algunas cosas... Lo poco que... recuerdo de diciembre... es que habíamos tenido relaciones... el día después de la fiesta... y que me regalaste un libro

—El libro que terminamos de leer

—¿Terminamos?... No lo... recuerdo... ¿Qué día... estamos?

—Finales de enero

Diana se sorprende.

—Lo del libro que te regalé fue a finales de diciembre

Ella se le agita la respiración

—¿Perdí... la memoria?... Es que... lo último que... recuerdo es eso... que te mencioné

—El doctor dijo que podrías perder la memoria, al parecer fue parcial

Diana llora.

—Perdón si... he olvidado algo... importante... durante estas... semanas

Christoph la abraza.

—Lo que importa es que te recuperes pronto

Al día siguiente Christoph le pide al doctor dar de alta a Diana para poder llevársela a Múnich.

Durante el camino Diana está mirando hacia afuera.

—Ya veo sombras, son árboles —Sonríe—

Christoph la agarra de la mano.

—Ya poco a poco vas a mejorar

Christoph la lleva de vuelta al hotel para cuidar de ella. La ayuda a entrar, en lo que cierra la puerta Diana se recuesta de un mueble. De pronto toca una tecla y ella se sobresalta.

—¿Es un piano?

—Si, es mi sorpresa para ti... Quiero tocarte durante las noches

Ambos ríen.

—Que mala elección de palabras

—Sonó muy mal... Me refiero a tocar el piano, me encantaría volver a mis tiempos de juventud

—¿Por qué no lo tocas ahora?... Amaría poder escucharte nuevamente

Christoph sonríe. Toma a Diana de la mano y la sienta en el sofá. Él se sienta en el piano y comienza a tocar. Diana sonríe al escuchar la melodía.

Christoph mientras toca se le queda mirando, al verla con la mirada perdida y el vendaje cubriendo su cabeza, deja de tocar tratando de controlar las ganas de llorar. Diana lo escucha y se levanta, camina hasta él al poder ver su sombra. Al llegar lo abraza fuertemente.

—Si quieres llorar puedes hacerlo... No te cohíbas frente a mi... El que llores no te hace más débil o menos hombre. Eres un ser humano con sentimientos y es normal expresarlos... Sabes que te estaré apoyando

Warrior LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora