Pasan las horas, luego de bailar, cantar, Christoph tocar el piano, beber y entre otras cosas, los vecinos se regresan a sus casas. Hans sale de la habitación y se acerca a Christoph a verlo acostado borracho en el sofá. Sus tíos se van a sus habitaciones, igual su mamá y primo.
Hans lo carga al hombro.
—Ven a la habitación, para que descanses
Ambos van caminando lento, ya que Christoph está dando tumbos.
—Si que la pasé genial
—Te lo creo
Christoph se le recuesta un poco.
—No te había dicho, pero siempre tienes como un olor cítrico... Huele bien, me gusta
Hans ríe sorprendido.
—¿Qué tonterías dices?
—Ya no me hagas caso
Hans lo lleva a la habitación y lo sienta en la cama.
—¿Te quieres duchar otra vez?
—Mejor lo hago mañana, ahora mismo todo me da vueltas
—Al menos ponte cómodo —Se arrodilla frente a él y le comienza a quitar los zapatos—
—Hoy sí que hace una maldita calor —Christoph se quita la camisa— No te espantes si al despertar me veas con las pelotas al aire
Hans ríe sorprendido.
—Mejor acuéstate a dormir, ya ni sabes lo que dices
Cuando Christoph se acuesta lo toma de la mano.
—Duerme conmigo
—¿Seguro?
—No quiero sentirme solo, al menos por esta noche
Hans se sorprende y sonríe levemente. Se acuesta al lado de Christoph.
—Sé que es un poco extraño, pero así me siento seguro
—Tu duerme, yo estaré aquí
—Por cierto, perdón por mi reacción de horita —Christoph lo mira y le sonríe con tristeza— Espero algún día poder expresar todo esto que llevo dentro
—Te entiendo
—Yo aun... tengo muchas dudas
—Al principio es difícil, pero al final me acepté tal y como soy... A nadie le debe importar
Christoph suspira y se queda pensativo. Se voltea de lado, mirándolo.
—Ojalá algún día encuentres a alguien que si te pueda corresponder... Que te ame con todo y tus defectos... A pesar de las cosas que hagas, que nunca deje de mirarte con amor... Que no te juzgue y que te pueda comprender... Ojalá esa persona pueda darte la felicidad que necesitas y que eso te complemente la vida... Y que al fin cuando puedas hacer el amor, le entregues tu corazón
Hans lo mira con los ojos llorosos.
—Yo quiero que...
Christoph pone su dedo sobre sus labios. Se le acerca, le da un beso en la mejilla y se queda recostado al lado de él.
Hans contiene las ganas de llorar. Ambos se quedan en silencio, hasta que pocos minutos después Christoph se queda profundamente dormido, aún recostado hacia Hans. Él sonríe con tristeza, lo arropa un poco y se queda a su lado hasta dormirse.

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Warrior Love
RomansaCuatro diarios y cinco historias que se unen durante la Segunda Guerra Mundial. Diana, una enfermera; Thomas y Raynald, dos pilotos estadounidenses; Christoph y Hans, dos Oficiales alemanes de la SS; viven experiencias que cambian sus vidas y la de...