Capítulo 67

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Un día el General envía Hans a custodiar unos prisioneros civiles de la villa. Ya que habían tratado de hacer un atentado contra los alemanes, estos están esperando por ser juzgados y posiblemente ejecutados. Los tres civiles, dos hombres y una mujer, los tienen amarrados a unos postes individuales en el exterior del campamento provisional.

Hans está sentado mientras los vigila a distancia con su rifle. Klaus, Friedrich y Frederick lo acompañan, a la vez que están haciendo apuestas.

—¿De dónde sacan tanto dinero? —Les pregunta Hans—

—Aún Fried y yo tenemos habilidades —Le guiña a Hans—

Él ríe.

—Ustedes no dejan de sorprenderme

Pasan los minutos. Hans se siente aburrido y comienza a fumar. Luego agarra el rifle y le apunta a los prisioneros. Se les queda observando por la mirilla y disimula halar el gatillo al primer prisionero, apuntándole en la cabeza.

—Bang —Gira el rifle hacia la cabeza del segundo prisionero— Bang —Hace lo mismo con el tercero, que es la mujer— Bang

Luego baja el rifle y sigue fumando. Escucha a Klaus y los gemelos reír mientras lo miran.

—¿Ahora que les pasa? —Hans le pregunta a Klaus—

—Estamos apostando si eres capaz de dispararles en verdad

—¿Por qué no? —Agarra el rifle otra vez, apunta y hala el gatillo—

El disparo da en uno de los postes. Los tres prisioneros se asustan. Los cuatro ríen al verlos.

—No nos referimos a eso, sino a matar a uno de ellos... Como quiera los van a ejecutar... No estaría mal un poco de práctica... Si lo haces, te pagamos el doble de lo que tenemos

Hans mira todo el dinero que tienen. Él sonríe y se queda pensativo un momento.

—¿Cómo quieren que lo mate?

—Con un tiro en la cabeza

Hans agarra el rifle y le apunta al primer prisionero. Por la mirilla lo ve muy asustado y llorando. Él le apunta a la cabeza y hala el gatillo. El hombre cae muerto al suelo.

Los gemelos ríen a carcajadas.

—Hasta aquí le vi los sesos salir volando

Klaus y Hans también ríen. Él vuelve a apuntar con su rifle.

—El segundo es gratis —Apunta, por la mirilla también ve al hombre asustado, pero de igual manera dispara, dándole en el cuello—

Sale un chorro de sangre del hombre y este cae al suelo. Los gemelos y Klaus ríen sorprendidos.

—Ese si que no me la esperaba

—¿Y qué hago con la mujer?

—Lo que quieras, si ya no tenemos más que apostar —Klaus sigue riéndose—

Hans se levanta.

—Yo puedo querer muchas cosas ahora mismo —Ríe— Vamos, el espectáculo continúa

Los cuatro caminan hasta los postes donde están los prisioneros. Ven a los dos hombres muertos en el suelo, aun desangrándose. La mujer está llorando muy asustada. Hans sin pensarlo saca su cuchillo y le corta el amarre de la soga. Ella está pidiendo clemencia mientras sigue llorando.

Warrior LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora