Capítulo 83

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Ray va conduciendo y ya han podido adelantar varios kilómetros durante el día. Él se siente feliz y mira por el espejo retrovisor. Ve a Gustav, a Roy y a Diana sentados atrás. Mira para el lado y ve a Horace emocionado mirando hacia afuera.

—Amo la primavera —Horace inhala profundo y exhala. Luego estornuda al sentir cosquillas en la nariz, por el polen—

Ray sonríe y sigue conduciendo. Al rato escucha a Diana hablando con Roy. Él se percata que ha estado triste y sostiene una foto de Arla en su mano. Los dos conversan y Roy le cuenta un poco de su vida a Diana.

Luego de varios kilómetros Ray frena al vehículo al ver un convoy alemán venir a la distancia.

—Bájense

Todos toman sus pertenencias y se esconden en unos arbustos.

Mientras se acerca más y más el convoy, un avión alemán sobrevuela el área varias veces. Los cinco se ponen nerviosos y Ray ora en voz baja.

—Dios mío, no permitas que nos encuentren... Por favor, déjanos llegar hasta Thomas y sacarlo de allí

El convoy pasa lentamente al ver el vehículo estacionado a un lado del camino. Algunos soldados alemanes se bajan para inspeccionar el lugar y descarta que haya una bomba.

Ray le pide en señas a sus amigos mantener silencio y que nadie se mueva. Aun así todos tienen sus armas listas para disparar.

Los alemanes terminan de inspeccionar y le disparan a las llantas del vehículo. Los soldados suben y el convoy continúa su rumbo.

Cuando se aseguran de que no hay nadie, deciden salir de los arbustos. Todos suspiran aliviados. Ray se acerca al vehículo y patea la llanta.

—Vamos a tener que seguir a pies

—Como siempre... Al menos adelantamos bastante. Estamos muy cerca —Gustav va preparando su rifle—

Los cinco continúan caminando.

—Veo humo a lo lejos —Diana señala a la distancia—

—También lo veo, hay que estar muy atentos

Mientras siguen caminando, Diana se le acerca a Ray y le sonríe.

—Ya cada vez nos falta menos —Lo agarra de la mano—

Ray la ve sonrojarse un poco.

—¿Qué ocultas?

—Nada —Ríe nerviosa—

—Hans me dijo que estuvo hablando contigo algo privado

—¿No me digas que él te contó?

—No me quiso decir, dijo que era algo que tú me tenías que contar... ¿Puedo saber qué es?

Diana se queda pensativa, sonríe y se sonroja aún más.

—Otro día te diré, cuando salgamos de aquí

—No puedo esperar más

Continúan su camino en dirección a aquel humo que han estado viendo. Horace está silbando la "Cabalgata de las Valkirias".

Los cuatro lo miran y ríen. Roy habla riendo.

—Parece que vamos a una super misión con formaciones de enormes de tanques, aviones de combate y bombarderos. Y detrás una fila interminable de soldados sedientos de sangre

Todos ríen.

—¿Se imaginan buscar a Thomas así? —Diana les pregunta— De una invadimos a Hamburg... Sería un éxito

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