Capítulo 58

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Los cuatro salen rápidamente hasta la zona donde están los Oficiales. Ven a Thomas hablando con el Coronel a cargo de la base y le entrega el acta matrimonial.

A las horas Ray regresa a su habitación. Comienza a preparar su maleta y no para de llorar.

Al terminar se mira al espejo y ve su rostro hinchado. Luego se acuesta en la cama y sigue llorando.

—No quiero irme... No quiero dejarte sola en este lugar

Intenta dormir, pero no puede. Comienza a sentir coraje y frunce el ceño. Se sienta en la cama y se queda mirando su revólver.

—Maldita sea Thomas... No tienes idea de cuánto te odio ahora mismo —Se levanta y agarra el revólver—

Sale de la habitación y va hasta la de Thomas. Toca la puerta varias veces. Él abre y lo deja pasar.

—Ray, lo lamento mucho... Traté de convencer al Coronel para que me expulse a mi porque soy el verdadero problema

—Claro que eres un problema... ¡Y siempre lo serás!... Lo mejor es acabar contigo de una maldita vez y que nadie vuelva a sufrir por tu culpa —Saca el revólver y le apunta a la cabeza—

Thomas alza las manos.

—Ray, tranquilo, por favor

—Yo te he soportado muchas cosas, pero ya esta se pasó del límite... Jamás te lo voy a poder perdonar

—Lo lamento, de verdad lo digo de corazón —Lo dice con la voz entrecortada—

Ray está llorando.

—Si a mi esposa le pasa algo, será toda tu culpa

—Te prometo que cuidaré de Diana

—No quiero que te le acerques

—No lo haré hasta que sea necesario... Estaré velando por ella hasta que regreses

Ray baja el arma y Thomas se la quita, la coloca en una mesa.

—¿Lo juras?

—Lo juro con mi vida

Al día siguiente, temprano en la mañana, Ray se despide de Diana.

—Ya tengo que irme... Yo... —Se le entrecorta la voz— ...te voy a extrañar mucho

—Y yo a ti —Ella comienza a llorar sobre su pecho— Por favor cuídate

—Amor, voy a estar bien... Muy pronto se acabará todo esto y podremos irnos a vivir juntos... Te amo y nunca lo olvides —Le acaricia el rostro—

Diana lo besa. Luego se van caminando agarrados de manos hasta el vehículo militar ya que han sonado la bocina dando aviso de la salida.

Ray sube con su maleta, al igual Roy, Jeff, Gustav y Horace.

Mientras el vehículo marcha Ray se le queda mirando a Diana. Ella comienza a correr detrás y grita.

—¡Te amo Ray!... ¡Te amo!

Ray se levanta y también grita.

—¡Nunca olvides lo mucho que te amo, mi luna!

Ve que Diana deja de correr al no poder alcanzar el vehículo militar. Ray se le queda mirando hasta perderla de vista. Él siente un enorme dolor en su pecho y a pesar de que contiene las ganas de llorar, varias lagrimas bajan por sus mejillas.

Warrior LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora