Capítulo 57

24 5 7
                                    

A media mañana Ray, Gustav, Horace, Jeff y Roy se sientan juntos para ir pelando las papas para el almuerzo. Los cincos están conversando mientras cortan.

—Creo que es momento de contarles que pasó con Tanisha y conmigo

Horace deja de cortar.

—Cuenta de una vez

—Pero sigue cortando, no tienes que detenerte para saber el chisme

—Perdón es la curiosidad

Todos rien.

—¿No sé si recuerdan la vez que me encontraron moribundo en la playa?... Todo comenzó desde ese día... Thomas fue quien me dio la paliza

Los cuatro se sorprenden. Ray comienza a contarles.

*****

Es de noche, Ray va caminando de regreso a Hickam. Por el camino ve un auto acercarse de frente. La luz lo ciega un poco y coloca la mano para cubrirse. El auto se detiene a su lado y ve a Thomas.

—¿Qué haces a estas horas solo por aquí?

—Nada, solo voy de regreso

—Vamos, sube —Le abre la puerta—

Ray se monta y Thomas sigue conduciendo en dirección contraria a Hickam.

—¿A dónde vamos?

—Hablar... Creo que vamos a tener una charla muy larga tú y yo

Ray se siente incómodo.

—Si es para pelear conmigo, prefiero seguir caminando solo

—Tranquilo, rápido te alteras... Es una plática de hombre a hombre

Ambos llegan a la playa donde habían estando durante el día. Los dos bajan del auto y dejan las luces encendidas. Thomas se le acerca, pero Ray trata de hacer distancia.

—Desde que Diana supo que tienes interés en ella, ha pasado el día como en un limbo... Siento que le has hecho dudar de sus sentimientos por mi

—Thomas, ella te ama a ti... Además, yo ni pensaba decirle nada, fuiste tú mismo quien dijo que yo estaba enamorado de ella... ¿Ahora me culpas?

—Shh, calla... ¿Y tú que hacías de espectador cuando Diana y yo teníamos relaciones allá en el monte?

—Ya dije lo que pasó

—Yo no te creo, tú nos seguiste... Es mucha casualidad que estabas en un lugar que casi nadie sabe, justamente donde estábamos nosotros... ¿Te estabas masturbando mientras nos veías?

—¡No! —Lo dice nervioso—

—Admítelo, no pasa nada si de verdad lo hacías... No es para menos si estás escuchando a la mujer que te gusta, gemir por el placer que le doy

Ray frunce el ceño.

—Dilo Baby Ray... Si en tu mirada no puedes ocultar la verdad... Nos seguiste a propósito, y te masturbaste viendo el espectáculo

Ray se pone nervioso. Thomas se le acerca más para provocarlo. Él se enoja y grita.

—¡Si lo hice!

Thomas comienza a reír a carcajadas.

—¿Sabes que es pecado codiciar a la mujer de tu prójimo?

—Lo sé —Se le entrecorta la voz y algunas lágrimas le bajan por sus mejillas. Las seca—

—¿No me digas que estás llorando?

Warrior LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora