Capítulo 5

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Al día siguiente Ray espera a Diana afuera del dispensario médico. Cuando ella termina su turno lo ve esperando.

—Ray, que sorpresa verte

—Vine a decirte algo y pues quise esperar que terminaras tu turno

—¿Que sucede?

—Thomas vino donde mí y me pidió decirte que aprovecharía que está fuera de servicio para irse a Texas y buscar un médico especialista para que trate lo del ojo. Luego que regrese iba a hablar contigo de lo ocurrido

—Ni me interesa lo que él haga y menos lo que me vaya a decir

—Lo sé, pero quise cumplirle

—Está bien... Gracias por avisar —Diana lo mira— ¿Quieres ir a comer algo conmigo? He salido del turno muerta de hambre

—Claro que sí, no tengo nada que hacer

Ambos van hasta un negocio, compran la comida y se la llevan hasta la orilla del mar. Se sientan sobre unas rocas. Mientras comen siguen conversando.

—¿Por qué decidiste ser enfermera?

—Es algo que me gusta desde niña... Una vez estaba jugando con mi hermana menor en el parque frente a mi casa. Ella se balanceaba en un columpio, y por alguna razón quiso saltar en un impulso que tomó fuerte. Cuando saltó cayó de cara contra el suelo, se fracturó la nariz y se partió los labios... En lo que mi hermana mayor corría hasta mis padres, yo comencé a ayudarla, tratando de detener el sangrado... Fue la primera vez en mi vida donde vi tanta sangre, si me asusté, pero a la vez por alguna razón me sentía segura de que estaba haciendo lo correcto... Mis padres llegaron y la llevaron al hospital... Desde ese día comencé a ir a la biblioteca a leer libros médicos, para buscar información de diferentes cosas relacionadas a la salud... Es algo que amo y espero seguir aprendiendo

—Wow... Definitivamente tienes vocación para esto

—Y tu ¿por qué entraste al Air Corps?

—Como te había dicho, soy de Boston… Yo vivía solo con mi madre ya que mi padre nos abandonó por mujeriego

—Lo lamento mucho

—Mi mamá y yo comenzamos a pasar necesidades. Ella trabajaba, pero no ganaba lo suficiente... Yo en la desesperación al verla llorar en las noches, comencé a trabajar aun siendo muy pequeño. Hacía lo que fuera sólo por ganarme unos centavos para dárselo a mi madre y que pudiéramos comer los dos sin que ella me diera su parte... —Se le entrecorta la voz y llora un poco. Se seca las lágrimas y continúa hablando— Limpié chimeneas, lavé autos, brillé zapatos, barrí el suelo de negocios, y muchas cosas más... A la vez iba a la escuela, ya que mi mamá me pidió que siguiera estudiando y algún día pudiera tener una profesión... A los ocho años me hice amigo de mi vecina que recién se mudaba, se llama Tanisha. Ambos fuimos muy cercanos... Años después, en la escuela conocí a un chico que vivía en el campo, se llama Adam. Un día me invitó a su casa y por primera vez vi una avioneta. Fue tanta mi emoción que corrí para poder ver su interior y quedé fascinado. Su papá fue tan bueno, que a mí  y a Tanisha nos dio una vuelta y por primera vez en mi vida pude volar. La sensación fue algo inexplicable... Él compró la avioneta para poder lanzar el fertilizante a las plantas de su cultivo. Yo le dije que si me enseñaba a pilotear podía ayudarlo en el cultivo a cambio de un poco de dinero para mi mamá. Él aceptó ya que no tenía mucha gente trabajando... Iba los fines de semanas a trabajar en el campo, mientras me enseñaba a volar, trabajaba en otras áreas. Como era una familia cristiana me llevaban a la iglesia y ahí fue donde comencé a conocer de Dios... Cuando logré volar la avioneta por mi cuenta fue el mejor día de mi vida. Sentía el mundo entero en mis manos y que era capaz de lograr lo que quisiera. Ahí comencé a sentir fe de que las cosas iban a mejorar y así fue... Mi mamá también logró conseguir un trabajo mejor pagado en una librería. Ella y yo vivimos muy bien.... Cuando terminé la escuela decidí ingresar al ejército para seguir ayudando a mi madre y mejorar mis habilidades, para así cuando me retire ser un piloto de aviones comerciales

Warrior LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora