Capítulo 69

43 3 9
                                    

Luego de entregar lo que le ordenaron, Hans va solo a un edificio de apartamentos en otra ciudad. Deja a Thomas y sus soldados abajo. Cuando está subiendo las escaleras ve a un hombre salir del apartamento de Elżbieta. Hans se le queda mirando de mala manera al hombre, este le saluda al ver que es un Oficial y sigue caminando un poco nervioso.

Hans va a la puerta y la toca varias veces con fuerza. Ella abre y él entra rápidamente.

—¿Quién es ese hombre que salió de aquí?

—Es mi hermano mayor, ya te he hablado de él... Solo vino a dejarme alimentos y también dejar unos regalos para nuestro hijo

—¿Segura?

—Hans, no tienes porqué ponerte celoso. Sabes muy bien que nunca estaría con otro hombre

—Lo dudo

—¡Pues duda lo que quieras, pero yo estoy segura de lo que digo y de lo que siento por ti!

Hans le da una cachetada.

—No me vuelvas a alzar voz —La señala a la cara—

Elżbieta se enoja y lo empuja.

—¡Ya te dije una vez que no vuelvas tocarme de esa manera! —Ella le da varias cachetadas hasta hacerle caer el sombrero— ¡Afuera haces lo que quieras, pero aquí me respetas! —Con fuerzas agarra a Hans del cabello—

Él cae de rodillas y ella le sigue dando golpes. Hans se cubre un poco y recuesta su cabeza sobre el vientre de ella. Luego Elżbieta lo abraza.

—¡Que sea la última vez que me golpees y pongas en duda el amor que te tengo!

Hans ríe nervioso, se levanta y la mira a los ojos.

—No me provoques y hagas que pierda el control otra vez

—Sabes que no te tengo miedo —Le acaricia el rostro—

Hans pega su cuerpo con el de ella y la acorrala contra la pared. Elżbieta agarra su uniforme y lo mira a los ojos. Hans siente su corazón acelerarse y sin pensarlo la besa con deseos. Luego la roza con fuerza y la escucha jadear un poco.

De momento él se aparta abruptamente y trata de mantener el control de sí. Hans se calma.

—¿Y el niño?

—Está durmiendo en su habitación

Hans se va y entra sin hacer ruidos para no despertarlo. Se acerca a su cama y lo ve dormir. Él sonríe y le acaricia gentilmente el rostro.

—Tan angelical que te ves —Le da un beso en la frente—

Hans sale de la habitación, se quita la chaqueta y recoge el sombrero del suelo. Elżbieta los toma y los cuelga cerca de la puerta. Él se sienta en una silla del comedor.

—Necesito un masaje, esa paliza que me diste me dio espasmo en el cuello —Ríe—

Ella se le acerca y comienza a masajear su cuello hasta los hombros.

—Huele muy bien

—Estoy haciendo estofado, ¿quieres comer cuando acabe?

—Está bien, pero no estaré mucho rato

Ella le desabotona la camisa y acaricia su torso.

—Entonces no perdamos tiempo —Le da varios besos en la oreja y mete su mano por dentro del pantalón—

Warrior LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora