Capítulo 80

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Luego de haber regresado de Polonia, están a las afueras de Berlín en dirección al sur, hacia Nürnberg, esperando la confirmación de una reunión. Diana y Christoph caminan hasta una parte del río, agarrados de manos.

Ella está asombrada con lo hermoso del lugar. Camina rápidamente y llega hasta un pequeño muelle.

—Me encanta

—Venía con Robert aquí en nuestros días libres... También vinimos una vez con Hans... Siempre me pareció un lugar bonito y bastante privado como para tener un pasadía

Diana se acerca a un árbol.

—¿Qué vas a hacer?

—Quiero ver desde arriba

—¿No estás vieja para estar subiendo?

—¿Acaso hay límite de edad?

—La última vez que subí a un árbol caí sentado y por poco me rompo el trasero

—Yo soy como los gatos, caigo de patas

Ambos ríen. Diana comienza a subir y Christoph la ayuda. Al ella trepar se sorprende al ver que el lugar es aún más hermoso.

—Desde aquí la vista es espectacular

—Sabía que te iba a gustar venir aquí

Diana baja y antes de dar el último salto, Christoph la agarra en sus brazos.

Luego van agarrados de manos por el muelle. De momento Christoph se detiene y la gira frente a él.

—Quiero hacer algo contigo, para que disfrutes verdaderamente de este lugar

—¿Y qué es?

—Cierra los ojos y trata de escuchar la naturaleza

Diana cierra los ojos. Ella se relaja y se concentra en escuchar todo a su alrededor. Escucha la brisa pasar entre las hojas de los árboles, como el agua del río fluye, los pájaros cantando y revoloteando. Diana suspira y sonríe.

—Escucha ese silencio... ¿Puedes sentir la paz?

—Si

—Es lo mismo que quiero que sientas cuando todo a tu alrededor sea un caos... No te desesperes, ni te angusties, solo mantén la calma y prometo que siempre estaré ahí para protegerte

Diana abre sus ojos y ve a Christoph mirándola con amor. Él le acaricia el rostro.

—Christoph... —Ella sonríe—

Ambos se abrazan fuertemente. Diana suspira aliviada y mira el muelle donde están parados.

—...contigo me siento como en casa

Christoph le da un beso en la cabeza mientras siguen abrazados. Luego juntan sus frentes y suspiran.

Ambos se sientan en el borde del muelle. Se quitan las botas y se quedan descalzos tocando con sus pies el agua del río. Ella se le queda mirando y sonríe.

—Cuando estoy contigo puedo ser yo misma, sin miedo a que me rechacen... A tu lado puedo volver a brillar sin perder mi bondad... Por eso me siento tan segura de estar a tu lado

Christoph está sorprendido. Ambos recuestan su cabeza y suspiran mientras miran el río.

Luego Christoph se levanta. Diana se mantiene sentada mirando el paisaje.

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