Capítulo 2

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Unos días después.

Diana está sentada en las escaleras de la entrada de la casa, donde convive con otras enfermeras. Ella ve algunas compañeras regresar felices a las casas donde se hospedan en esa misma calle, luego de pasar su día con sus amados. Mientras otras se arreglan para salir, ya que ellos las esperan afuera.

Diana suspira triste y tiene recuerdos de su adolescencia, de aquella única vez que se interesó en un chico, para que después él se fuera con su hermana mayor.

Arla acaba de regresar de una cita con Roy. Ella al ver a Diana sentada y pensativa, se le acerca.

—¿Qué te ocurre?

—Nada... ¿Cómo te fue en la cita?

—Fue espectacular, Roy es tan caballeroso... Me trata con tanto respeto

Diana sonríe levemente y suspira. Arla se sienta a su lado.

—Sé que algo te ocurre —Le hecha su brazo sobre su espalda y se recuesta un poco de Diana— ¿Qué te atormenta?

—Estuve recordando aquella vez que me interesé en un chico, y al final solo me usó para estar con mi hermana... No dejo de sentirme mal por haberla lastimado cuando sentí coraje y celos... Tal vez el estar sola y no conseguir a nadie, es castigo divino por lo que hice aquel día

—Pero me habías dicho que no te interesaba estar con alguien, que solo viniste a trabajar

—Te mentí... Solo lo dije para no ilusionarme con nadie, pero viéndolas a ustedes ir y venir me hacen sentir envidia y a la vez ganas de también experimentar lo mismo... Quiero sentir esa ilusión de encontrar a alguien que me guste y que yo también le guste, que sea algo correspondido... Pero siento que en vez de atraer, alejo lo poco que se me pueda acercar... Y a la vez siento miedo de que me vuelva a ocurrir lo que me hizo aquel chico, de solo usarme a su conveniencia

—Que difícil es tener sentimientos encontrados... Que tal, si, te ablandas un poco y dejas que las cosas fluyan con cualquier chico que se te acerque... No lo espantes con tu mal humor

Diana ríe levemente.

—Lo haré, siempre y cuando quien sea me caiga bien

—Te puedo ayudar en eso, pero no permitas perder experiencias por tu inseguridad... Haz lo que te dicte tu corazón y vive... Ya sea que te sucedan cosas buenas o malas, todo te ayudará a madurar y a crear tu propio camino y a sentirte más segura de ti misma

—Gracias... No sé qué sería de mi sin ti —Diana abraza su amiga.

En esa misma noche, durante la cena con sus compañeras de hospedaje, ya que están libres, entre todas conversan en la mesa. Cada una están contando sus experiencias con soldados de allí, y otras cuentan sus fantasías. Arla habla emocionada al pensar en Roy.

—Yo si quiero un príncipe que me salve del peligro

Todas ríen a carcajadas.

—No se rían, ese es mi sueño... Encontrar mi príncipe azul

—¿Y tú Diana, vas a hablar? —Pregunta Betty—

—No tengo experiencias que contar

—Pero al menos dinos tu fantasía... ¿También quieres un príncipe como Arla?

—No... No quisiera algo tan cliché... A mi me gustaría ser la debilidad del villano, y que haga arder el mundo solo por mi

Todas se sorprenden y guarden silencio unos segundos. Luego ríen a carcajadas y Diana se avergüenza un poco.

Warrior LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora