La caída de un Titán.

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Los malos recuerdos de un perturbador pasado recorrieron la mente de la chica albina al ver cómo cuchillos quirúrgicos y tubos entraban en contacto con su cuerpo. Todos aquellos momentos que Chisaski la maltrató y se aprovechaba de su quirk eran los que más tenían un terrible impacto en su mente, sin embargo, ¿Por qué lo estaba haciendo? Con la respuesta a esta pregunta logró resistir, pues ella misma lo había dicho, "Quiero ayudar y ser útil en esta guerra" y con el mismo hecho de estar ella ahí sentada mirando como extraían su sangre era suficiente, pues su sangre les daría una gran ventaja en contra de sus enemigos.

El chico de la gorra roja sólo miraba desde el otro lado de la ventana tratando de adivinar los pensamientos de su pareja, el quería entrar y tomarla de la mano para decirle, "Todo estará bien" Pero también lo inundaba el pensamiento de saber que ella era fuerte y que resistiría lo que fuera para defender a aquellos a quienes amaba.

Y la pelinegra, ella sólo mantuvo su mente creando un plan para derrotar al más poderosos de los titanes que aún había en pie, el mismo hecho de estar cerca de esa bestia implicaba unos altos niveles de riesgo que quizás cobraría la vida de más de uno.

Chisaki salió de otro cuarto mientras se quitaba un par de guantes blancos que estaban manchados de rojo, para Kota era una tortura ver aquello, saber a quien le pertenecía la sangre sólo le provocaba rabia.

El hombre de la mascara de ave soltó las ligas que presionaban el brazo de la peliblanca para resaltar sus venas, la chica observó las marcas que le habían provocado y las cubrió con sus manos.

Overhaul: Terminamos, siéntete orgullosa de que acabas de darles una gran ventaja a quienes te rodean.

Este salió de la habitación para ir a cambiarse y lavarse las manos, por otro lado el pelinegro entró rápidamente a lo que podemos considerar, "Quirófano" para abrazar con todas sus fuerzas a la joven de los ojos carmesí.

Kota: Eri, ¿Estás bien? ¿Te duele algo?

El chico preguntó aquello con preocupación para asegurarse que ella estuviese bien.

Eri: Tranquilo, estoy bien, sólo duele un poco.

Ella sonrió demostrando que se encontraba en un buen estado. La única sobreviviente de los Yaoyorozu junto a su maestra entraron también al quirófano para ver el estado de la chica, todos cruzaron miradas y sonrieron dejando en claro su buen estado.

Momo: Hija, ahora con esto que acaba de suceder créeme que acabas de hacer mucho más que otros grandes héroes.

Ella consolaba a quien consideraba su hija, pero no eran solo palabras para hacerlas sentir bien, es más, las balas que ahora podrían crear les daba una ventaja monstruosa ante los grandes villanos que enfrentarían.

Mirko: Momo, debemos irnos, si no lo hacemos ahora ese titán cambiará de posición y perderemos su rastro.

La pelinegra cambió su rostro a uno más amargo. Tomó a su hija de la mano y salieron todos de la sala para dirigirse a la central de la base.

Al mismo tiempo la rubia y nuestro protagonista yacían ya en el centro esperando los resultados y para poder reunirse para planear el siguiente movimiento.

Killian entró a la sala acompañado de un pequeño ejército de 12 soldados especiales, detrás de ellos llegó un pelicenizo que como siempre estaba mal encarado, segundos más tarde el grupo que venía del quirófano entró. La chica se lanzó a los brazos del pecoso quien también correspondió al abrazo de la joven.

Izuku: Me alegra que todo haya salido bien.

Eri: Me alegra que hayas recuperado tu otro brazo metálico.

FUEGO Y CREACIÓN ( Izuku × Momo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora