La Batalla Por El Destino Del Humano.

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Aún era temprano por la mañana en el momento en el que nuestros héroes dejaron la base en Italia y tomaron rumbo a la guerra que decidiría el futuro de los sobrevivientes. El ambiente estaba tenso dentro de las arcas, la incertidumbre de no saber cuales podrían ser los resultados los tenía a todos algo preocupados.

Sin embargo, dentro del arca número uno, el peliverde junto a su pareja y un hombre rubio eran los que dirigían su respectivo vehículo. Al igual que la mayoría de personas, estos también estaban callados, su propio silencio podía decir más de lo que sus bocas podrían expresar.

Pero las preocupaciones de nuestro protagonista lo estaban obligando a decir algo que llevaba guardado desde hace tiempo, algo que jamás le había mencionado a la pelinegra por miedo de no saber cómo reaccionaría ante una noticia así.

Por lo que tomó valor para decirle lo que había sucedido en aquel entonces. Primero se aseguró que la puerta en la entrada de la cabina estuviera cerrada y después se sentó una vez más en su cómodo asiento.

El rubio ya había intuído que dirección llevaría la conversación, por lo que sólo se limitó a mirar al frente para manejar el arca.

La azabache notó la inquietud de su pareja lo cual la preocupó un poco, eran muy limitadas las veces en las que ella lo había visto así, y cada que sucedía era por cosas malas, y esas situaciones pasadas la estaban haciendo sobre pensar las cosas.

Momo: ¿Sucede algo, cariño?

El joven pasó sus manos por su rostro e hizo hacia atrás su pelo para que no le estorbara en su cara, la tomó de las manos y la miró a los ojos admirando el brillo que aún mantenía.

Izuku: Quiero hablar contigo de algo importante que quiero que sepas.

Este apretó un poco más su mano mientras hacía algunos gestos de molestia y preocupación. A este punto la chica se estaba preocupando aún más de lo que ya estaba.

Momo: ¿Y de qué se trata? Me estás asustando.

El rubio miró de reojo una vez más notando que el rostro de la chica estaba perdiendo el brillo de sus ojos lentamente. A él también le intrigaba lo que dirían ambos pero tenía que seguir conduciendo.

Izuku: Hace años, antes de que Japón fuera destruida, por engaños de Yarima fue que te uniste a ella.

Hacerle recordar aquellos momentos era una mala idea, pero sabía que para que ella entendiera tenía que decirle toda la verdad sin importar lo que sucedió.

Momo: Sí, recuerdo esa vez.

Izuku: En una de esas ocaciones, tú y yo peleamos, en ese entonces recién te habían implantado el Demiajin, resulta ser que en uno de tus ataques me golpee fuertemente la cabeza, me desmayé y desperté después de unos días, y me dieron la mala noticia de que jamás podría levantarme de nuevo porque me había dañado la parte del cerebro que me permite caminar.

El brillo de los ojos de la azabache desapareció en su totalidad, aún no escuchaba la peor parte de la historia pero el camino que estaba tomando la hacía sentir mal consigo misma por ser la causante del sufrimiento de su pareja.

Momo: ¿Qué dices...?

El pecoso apretó los dientes buscando la manera correcta de dejarle caer la noticia de cómo fue que se recuperó, pero no existían palabras suaves, tenía que decirlo de la manera correcta.

Izuku: Entonces, Izaya y yo hicimos un intercambio, le di diez años de mi vida restante a cambio de arreglar esa zona de mi cerebro, así es el cómo sigo luchando junto a ustedes.

FUEGO Y CREACIÓN ( Izuku × Momo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora