Dicen que el amor es como una rosa roja, hermosa por sus petalos pero dolorosa por sus espinas, y aunque Sarah Williams gano una batalla contra el tiempo por rescatar a su hermano Toby, dentro de su corazon un sentimiento de amor floresera, y que ha...
Cuando Sarah y Danesa habían despertado del sueño inducido por el duende, para su sorpresa se encontraban encadenadas y custodiadas por varios guardias en el gran salón del palacio mientras que Fiona sentada en su trono miraba a las dos con odio y sed de venganza.
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_¡Vaya! ¡Vaya! Pero miren que tenemos aquí- dijo Fiona levantándose del trono.
Sarah y Danesa alzaron sus miradas con un asombro digno de helarle la piel a cualquiera y la miraron con mucha tensión sin mover un solo músculo.
_¡Fiona!- exclamó Danesa la cual se percató de las cadenas que tenía en sus manos y tobillos al igual que Sarah. _ ¡Creísteis que no buscaría la manera de arruinar tus planes!. _¿Como lograsteis traernos hasta acá?- pregunto Danesa con el cejo fruncido. _¿Tu cómo crees?.
Danesa quedó en silencio por algunos segundos e inmediatamente una vaga idea llego a su cabeza.
_¡Un duende durmiente!- exclamó Danesa con horror. _¿Un que?- dijo Sarah sin entender nada. _Los duendes durmientes son conocidos por ser los mejores secuestradores de hermosas doncellas, las cuales caen ante el dulce cantar de sus voces- explico Danesa con la respiración algo alterada. _¡Bien dicho!- dijo Fiona con una sonrisa maquiavélica.
Fiona comenzó a caminar de un lado a otro mirando a sus dos pricionero a con desdén, mientras que Danesa miraba a Sarah la cual estaba anonadada ante lo ocurrido.
_Desde hace mucho tiempo he esperado con gran fervor que llegará este día- Fiona comenzó hablar sin quitarles la mirada de encima____Cuando supe que habíais logrado enamorar a un rey ¡No lo podía creer! Siempre supe Danesa que eras la más fuerte y sensata de todo el clan. Pero cuando me enteré de que te convertisteis en reina...no podía darle crédito a tu deslealtad e irreverencia. Dejar a los tuyos por lujos y una corona es algo que inadmisible, y yo no podía quedarme con los brazos cruzados viendo cómo nos abandonabais por un rey y su corona.
_¡Callate Fiona! Aquí la única desleal eres tu, yo jamás abandoné a los míos, nunca les di la espalda al contrario intenté ayudarlas pero tú y tu odio hacia mi lograron envenenar el corazón de ellas, tú eres la aberración más grande de esta existencia y no creas que soy la única que piensa eso, hay muchos que desean verte muerta.
Danesa realmente estaba enojada, la soberbia de Fiona y su manera de hablar le hacía comprender por que la brujas eran tan odiadas en su mundo.
_¡Hahahah! ¿Tu vienes a decirme a mi a la condesa del Underground que soy una aberración existente?. _¡Si lo eres!- contestó Danesa amargamente. _No, no, no tu estáis muy... _¡La única equivocada aquí eres tú Fiona!. _¡Como te atreves a interrumpirme!- gritó Fiona. _Tan diferente que hubiera sido todo Fiona si hubieras ablandado tu corazón al mundo. _¡Como quieres que le abra mi corazón al mundo que nos condenó a la hoguera! _No todos en esta vida son malas personas Fiona, hay gente buena que hace el bien sin mirar a a quien, no podemos juzgar sin saber y tampoco podemos guardar odio en nuestra alma si eso implicara condenarla al dolor que es mucho peor que condenar nuestra piel al fuego. _¡Debi matarte en el momento en que te vi traspasar esa puerta!.
Sarah se paro intentando equilibrar su peso con los grilletes, y los guardias sacaron sus espadas en señal de advertencia.
_¡Dejadnos en libertad y os prometo que seré indulgente contigo!- dijo Sarah firmemente. _¡Que te haz creído humana inmunda para hablarme así!- dijo Fiona entre dientes. _¡Soy Sarah Williams futura reina del Underground y Laberinto! _¡Hahahaha! No me hagas reír estupida tu eres solo una asquerosa humana que viene a reclamar algo que no le pertenece. _Tu quieres aprovecharte de todo y de todos solo por que la reina Danesa tuvo la suerte de ser elegida como reina y en cambio tú tuviste que mendigarle amor a un conde, que me imagino debió terminar odiándote por lo que eres ¡Una desgracia sin remedio!- dijo Sarah con la respiración exaltada.
El semblante de Fiona cambio en cuanto Sarah comenzó hablar y por un momento sintió como una simple humana había logrado humillarla con tales palabras, enfrente de todos los guardias del palacio.
_¡Miserable!.
Fiona intento lanzarle un hechizo a Sarah pero una luz blanca emanó del cuerpo de Sarah como un escudo y repeló el hechizo rebotándolo hacia una pared.
Fiona estaba atónita al ver que su hechizo no había funcionado como ella esperaba, mientras que Danesa miro a los guardias quienes aún tenían las espadas en sus manos.
_¡Escuchadme bien! Yo jamás estuve en contra de nadie y mucho menos de mi clan, todos los que estáis en este palacio son víctimas de una mujer que no sabe diferenciar entre el bien y el mal, que quede claro que pronto yo dejaré de reinar y la chica que veis aquí será su nueva gobernante alado de vuestro rey y soberano. Quedará en la conciencia de vosotros el dolor y la sangre que se llegué a derramar en esta sala, os imploro que tengáis cordura y entenderéis que lo mejor es serle leal una reina y un rey justos que solo buscan el bien de este mundo.
Las palabras de Danesa fueron clavos que atravesaban las duras armaduras de cada guardia, que miraban la escena expectantes ante una bruja buena y una mala, una futura reina y una condesa desquiciada. Fiona estaba llena de ira por que su único objetivo era destruir lo que ella un día quiso tener y se le fue negado ¡Ser una reina con su corona! Pero la vida le había dejado en claro que ella jamás tendría la oportunidad de gobernar a lado de alguien, sabiendo que ella solo buscaba el poder que solo un trono le podía otorgar. Sarah sentía como el poder de la gema brillaba en ella, era cómo si el espíritu de un ángel fuerte habitara en su interior listo y preparado para la batalla, gracias a ello el hechizo de Fiona no logro alcanzarla pero eso no era suficiente, Fiona estaba apunto de declararles la guerra y Sarah junto a Jareth y el Underground entero tendrían que enfrentar las consecuencias de una condesa llena ira y de desprecio.
