Laberinto y el regreso de Sarah.

Capitulo 27: El beso parte 1

Jareth se sentía el ser mas despreciable del mundo, todo lo que un día pensó que eran mas que los caprichos de una niña malcriada, fueron sus desfogues de dolor y de tristeza, que el jamás imagino escuchar de la boca de un niño que sabia la verdad, de todo lo que Sarah había vivido dentro de una familia disfuncional.

_Creo que esta es la primera vez que escucho la sinceridad mas pura de un niño, y mas si es el niño al que yo estuve apunto de elegir como rey- dijo Jareth con tristeza en sus ojos.
_Solo les pido que esto que les acabo de contar, no llegue a oidos de Sarah, no quiero que se enoje con migo.
_¡Tranquilo! No diremos ni una sola palabra de esto, creo que lo mejor que se puede hacer es que yo me vaya de aquí, Sarah puede venir y si me ve pensara lo peor de mi al verme junto a ti pequeño Jareth, así que espero que esta conversación que tuvimos la volvamos a tener en otro momento, me gustaría saber mas de ella, si tu me lo permites- le dijo Jareth a Toby.
_Si es por el bien de ella lo haré, pero quiero que quede en constancia, que si volvemos a nuestro mundo, ella seguirá al margen de mis padres y las cosas se pondrán peor al saber que desaparecimos sin decir ni una sola palabra- dijo Toby.
_No pasara eso te lo puedo asegurar- dijo Jareth regalándole una sonrisa a Toby.

Este sonrió de igual manera, para luego ver cómo Jareth desaparecía de la habitación.

Por otra parte:

Sarah paseaba por el jardín del castillo, cuando vio a un hombre alto, acuerpado, apuesto y de gran porte arrimado a uno de los grande árboles del jardín.
Sarah al verlo de inmediato lo reconoció, puesto que era el rey Aaron quien esperaba a Sarah para tener una conversación seria con ella.

_¡Majestad!- dijo Sarah sorprendida.
_¡Buenos días Sarah! Veo que te encuentras sola- dijo Aaron.
_Necesitaba estar un rato a solas- dijo Sarah con una media sonrisa.
_¡Sabes! Este jardín es hermoso, Jareth se luce en que las cosas aquí se vean despampanantes- dijo Aaron.
_¡Supongo!
_¿Supones?
_Bueno... la verdad es que desde que estoy aquí, he revivido recuerdos que aun no puedo asimilar, ni entender del todo.
_¿Que es lo que no entiendes?.
_Como el ser un rey que se lleva a los niños que no se quiere, no se que hará con ellos, la última vez me amenazo que mi hermano se convertiría en goblin si no lo rescataba antes de las 13 horas.
_Tal vez quería llamar tu atención- dijo Aaron.
_¿Mi atención?
_Bueno tu sabes que el es algo atrabancado, pero no lo hizo con mala intención, el deber de un rey es velar por quienes nos necesitan, el hacia solo su trabajo.
_Si claro, robarse niños y luego convertirlos en goblins.
_¡No! Tú pedisteis eso y el obedeció.
_"Pero yo jamas pedí que lo transformara en un goblin".
_Te haré la siguiente pregunta Sarah ¿Tu hermano es un goblin? ¿Acaso se parece a un goblin?.
_¡No!
_¡Bien! Entonces creo que estamos de acuerdo en que el no le hizo nada a tu hermano.
_¡Pero lo iba hacer!.
_Pues lo dudo mucho.
_Yo aun no llego a entender como es posible que todos ustedes lo defiendan.
_No lo estamos defendiendo, ni tampoco justificamos sus actos, solo creemos que el hace lo correcto, por que un rey jamas debe hacer algo que provoque el desagravio de su reino.

_¡A claro! Y este mundo acepta todo eso.
_Son normas y reglas Sarah, se que para ti es difícil de entender, pero para un rey su primera obligación, es cumplir los mandatos de su corona.
_Me gustaría entender un poco mas esta situación, pero ahora lo único que deseo es volver a casa con mi hermano.
_¿No te piensas quedar?
_¿Y para que? Para que Jareth comience con sus insinuaciones, de tal manera que no vuelva nunca.
_¡Mira! tengo una propuesta para ti- dijo Aaron.
_¿Que clase de propuesta?.
_Puedes venir a mi castillo y alojarte unos días aya, se que los de mi manaba te recibirán con mucho agrado.
_Pero...
_Quiero que estes mas tranquila, si Jareth para ti es una molestia, entonces te lo quitaremos de encima por algunos días, hasta pensar en algo mejor.

Para Sarah la idea era mas que atractiva, puesto que estar alejada de el era lo que mas quería, pero también deseaba que todo fuera diferente, su corazón estaba tan confundido que no tenia manera de razonar ni de pensar con claridad.

_¡De acuerdo! Iré a su castillo creo que será lo mejor.
_Me parece bien y si deseas podemos traer después a tu hermano, y digo después por que si lo hacemos ahora, Jareth podría pensar que intentas escapar del Underground y eso te traería mas problemas.
_¡Claro que si! A el no lo dejare en ese castillo por siempre, quien sabe y le vaya a pasar algo, pero por otro lado tiene razón no quiero tener más problemas con ese rey presumido.

Aaron aprovecho la disputa que los dos se cargaban para alejar a Sarah de Jareth por algunos días, mientras pensaba en una idea mejor de decirle a Sarah el motivo de su presencia. Cuando Aaron volvió donde Danesa, le explico el motivo por el cual, el invito a Sarah a su castillo, el cual para Danesa fue una idea excepcional, ya que teniendo a Sarah y Jareth en el mismo lugar dificultaban las cosas mucho mas.

_¡Me parece excelente! Bien pensando Aaron.
_Pensé que era lo mejor, Sarah esta enfadada con el, se ve que las cosas entre los dos no estan nada bien, y ademas si vamos hablar de este asunto con ella, tendrá que ser en un lugar mas privado.
_Al menos tu tienes pensado algo, yo aun no se como... ¡Demonios! Si las cosa fueran tan diferentes, este reino seria distinto, pero veo que no nos dejaran en paz.
_Te entiendo, pero lamentablemente las cosas son así.
_Yo tuve mucha suerte, de no haber sido por Alfred, estaría muerta- dijo Danesa.
_No todas corrieron con esa suerte, tal vez ese es el rencor de muchas hacia ti, y me refiero a Fiona- dijo Aaron.
_Si lo se, ella desearía estar en mis zapatos ahora.
_Tal vez seria mejor que no, a pesar de todos los lujos que te llevas, ser reina es de gran sacrificio.
_¡Jamas lo olvido! Eso es un mantra que tuve que aprender, para entender mucho mejor cómo funcionaba todo esto.

La vida de una reina no era solo lujos y riquezas, ser parte de un reino implicaba muchas responsabilidades, que Danesa tuvo que cargar encima, pero su peso no era comparable con el de ser perseguida por un montón de gente, que  como leones hambrientos, cazaban a su presa.