Jueves 26 de diciembre de 1991.
Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
Sala común de Slytherin.
Hermione cerró el libro que Harry le había dado, esa noche ella no había dormido nada porque quería leer todo el libro, lo había conseguido, y estaba verdaderamente sorprendida con el contenido de aquel libro de magia oscura.
El libro era un compendio de varias, muchas, muchísimas maldiciones desde las más "puras", pasando por las "grises" y finalmente, las maldiciones más oscuras, cada maldición venía con instrucciones de cómo realizarlas, de hecho había más de un método para realizarlas por cada tipo de aprendizaje diferente que había, por último venía la historia de cada maldición, desde su creación hasta su uso durante toda la historia del mundo mágico, en total eran 100 maldiciones diferentes contando todos los tipos de ellas.
Obviamente no había aprendido a realizar todas esas maldiciones, pero ya tenía el conocimiento teórico y eso ya era un avance, ahora cuando pudiera regresaría al estudio practico, solo esperaba tener tiempo, pues las clases ya casi iban a regresar de forma normal, y de hecho ya muchos alumnos regresaban a Hogwarts.
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Harry regresó a la sala común de Slytherin luego de ir a revisar lo necesario para la evaluación que realizaría, pudo corroborar donde estaba el espejo ahora y su funcionalidad, además de claro comprobar que todas las pruebas aun eran las mismas, y de paso pudo ver que en su prueba habría un invitado inesperado, que a su vez solo mejoraría la calidad de la evaluación.
Harry sonrió ligeramente al entrar a su habitación, rápidamente se colocó el chaleco de piel de dragón debajo de la túnica de Hogwarts y colocó sus dos varitas en fundas a cada lado de su cintura, finalmente algunos ornamentos o dijes se colocaron debajo de la túnica, los cuales cumplían diversas funciones de protección a su portador, aunque claro aún eran experimentales, pues Harry mismo los creo, solo esperaba que estos no decidieran explotar el día de hoy.
Apenas estar listo Harry salió de la habitación y se dirigió hacia la mesa donde Hermione, Daphne y Draco estaban sentados esperándolo como era costumbre, apenas llegar Harry empezó a hablar.
- buenos días Daph, Mione y Draco – Todos contestaron el saludo y de inmediato Harry volvió a hablar.
- bueno el día de hoy no tendremos sesión de entrenamiento debido a ciertas circunstancias – Dijo causando curiosidad en los tres, ya que hasta ahora no hubo día donde Harry no los entrenara, al ver su confusión Harry continuó con la explicación.
- verán el día de ayer cuando regresaba descubrí algo alarmantemente peligroso, ya antes les hable que descubrí que la piedra filosofal estaría custodiada en Hogwarts, pues lamentó informarles que hoy alguien intentara robarla, es más está tratando de robarla en estos momentos – nadie pudo cuestionar nada cuando Harry continuó con voz sorprendentemente tranquila.
- los esperare ahí, el lugar es la sala del lado derecho del pasillo del tercer piso, los esperaré ahí como digo ya que no se puede perder el tiempo, alístense y diríjanse allí – Dijo retirándose sin dar tiempo a ninguna pregunta.
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Hermione apenas vio salir a Harry quiso detener a su amigo de hacer una locura, pero tristemente hablaban de Harry Potter, por lo que incluso el chico se perdió de vista rápidamente, e incluso si aún estuviera cerca posiblemente la ignoraría, así que suspirando resignada se recordó a sí misma regañarlo después y de inmediato se fue a preparar para alcanzar a Harry tan rápido como fuera posible.
Debido a la rápida ida de Harry en la mente de Hermione era claro que él chico se había desaparecido del lugar, gruño ligeramente ante eso, aun recordaba haberle reclamado por usar continuamente la desaparición aun cuando usarla a su edad era ilegal, la respuesta de Harry fue bastante simple "hablas como si fuera lo más ilegal que me has visto hacer".
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Harry Potter: La luz que muere
FanfictionAlbus Percival Wulfric Brian Dumbledore era capaz de prever sucesos muy próximos o futuros, pero su mentalidad provocaba que se creyera incapaz de equivocarse, y que cuando lo supiera lo negara, en sus falsas esperanzas de ver lo mejor de los demás...