Voltear la moneda

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Jueves 15 de abril de 1993.

Reino Unido.

Inglaterra.

Dorset.

Harry miró las puntas de las varitas de los magos frente suya. La respiración del mago era agitada y descoordinada, el dolor en sus costillas era punzante y constante, él podía decir que al menos una o dos estaban rotas. – No lo pienso, yo actúo – Repuso el mago mientras un clon suyo aparecía encima suya, bloqueando efectivamente las siguientes maldiciones.

El clon se deshizo en apenas un segundo, afortunadamente, apenas el clon se deshizo, Harry levantó la varita y lanzó una maldición propia. Theseus fue el afectado y cayó inconsciente. – "Rennervate". – Dijo Tina lista para reanimar a su cuñado pero, para su desgracia, ella fue la siguiente en recibir una maldición en el rostro, misma que le descolocó la nariz y la hizo sangrar, cayendo de espaldas al perder el equilibrio.

Harry, poniéndose rápidamente de pie, convocó su espada con la varita alzada, Nothung voló hasta su portador. Un salto fue el siguiente y un corte después a eso. El filo del arma se movió como el viento buscando rebanar a Lally.

La bruja, siendo más rápida de lo que Harry podía esperar, retrocedió para evitar el corte, luego, con su varita ya lista un microsegundo antes, lanzó varias cuerda metálicas que se amarraron al señor oscuro.

El mago tenebroso se retorció ligeramente intentando liberarse, había tratado de desaparecer o usar transformaciones, pero entre la presión de las cuerdas, el cansancio y su falta de varita, que había caído al suelo tras el sorpresivo ataque, se le hacía imposible revertir la situación. Idea tras idea caían en la mente del mago mientras, como bien podía, eludía las maldiciones de sus adversarios, quienes, ahora recuperados y de pie, estaban decididos a terminar el conflicto.

Harry se sacudió ligeramente antes de saltar como humo negro, alejándose algunos metros. Las cadenas se apretaron más mientras Harry se movía.

El siguiente movimiento de Harry fue mover su mano, su tercera varita, ubicada en un bolsillo oculto al final de su pantalón, voló inmediatamente a sus manos. Ahora armado, ya que tanto la varita de saúco como la de Ollivanders habían caído hace un rato, (la primera con las cadenas, y la segunda tras el brusco movimiento que fue ser golpeado por el caballo alado Newt, haciendo que la varita volara de su funda), el mago derribó sus ataduras de un hechizo.

El aire no alcanzó a llegar a Harry; Newt había sido más rápido en recuperarse, lanzando un encantamiento de desarme que volvió a dejar indefenso al mago oscuro. Él maldijo por lo bajo de nueva cuenta, esta vez su estrategia fue retroceder de vuelta, su capa, hecha de piel de dragón, fue suficientemente resistente, gracias a las runas y múltiples hechizos puestos en ella, para desviar, casi en su totalidad, el siguiente aturdidor del magizologo. A pesar de la resistencia de la prenda Harry cayó de espaldas, siendo disparado algunos metros por el hechizo.

El mago oscuro, con dificultad, se colocó de pie de vuelta, aunque otro hechizo, uno punzante, le atravesó el hombro izquierdo de lado a lado.

Harry gruñó y apretó los dientes, hace tiempo que sus 3 varitas habían caído al suelo, además de seguramente perder la lealtad de la de saúco a manos de Scamander, su espada estaba igual por ahí, tenía el hombro medio inservible, su capa protectora hecha jirones, además de que con su otra mano no podía realizar hechizos correctamente..... en resumen la situación estaba arruinada, ni siquiera podía desaparecer en su estado actual, para colmo sus adversarios ya se habían recuperado.

Theseus alzó su varita, listo para finiquitar el asunto con el siguiente maleficio. Harry sabía que le quedaban pocas sino es que nulas, alternativas para salir airoso, así que, como última alternativa para salir lo menos lastimado posible del siguiente hechizo.

Harry Potter: La luz que muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora