Harry Potter: La luz que muere

El error de Dumbledore

Viernes 10 de julio de 1992.

Gran Bretaña.

Hogsmeade.

Dumbledore tembló ligeramente al ver a la persona frente de sí, realmente la técnica que acababa de presenciar era un poder horroroso. Era un poder antinatural y realmente aberrante.

Al parecer tampoco era una resucitación completa, pero definitivamente no era tan parcial como lo era un inferí, además discrepaba mucho en esa técnica.

El ser revivido al parecer era consciente, su propio cuerpo no era el que traían, sino que usaban un inferí como recipiente, un sacrificio.

La persona conservaba su apariencia perfectamente, salvó que se veía un poco más pálida, pero no era algo demasiado notorio, casi como una simple anécdota en una fiesta.

- Albus – La voz entrecortada de ariana sacó al mago de su ensoñación.

- Ariana – Dijo a forma de saludo Albus, aunque no podía evitar que sus ojos se pusieran cristalinos y que su voz se empezara a entrecortar. – es un placer verte de nuevo – Dijo haciendo uso de toda su voluntad para no derrumbarse ahí mismo.

Todo parecía ser un lindo recuentro hasta que....

PAF

A Dumbledore se le cayeron las gafas de media luna debido a la sonora bofetada que recibió de su hermana. – de acuerdo, eso me lo merecía – Dijo Albus luego de recoger sus gafas.

PAF.

Una segunda bofetada volvió a tirar las gafas del anciano director. – bueno esa también me la merecía -

PAF.

- de acuerdo, ya te estas pasando –

PAF.

- Una más y te la devuelvo –

El extraño reencuentro de los dos hermanos fue interrumpido por una sonora carcajada, misma que parecía resonar por todo el pueblo.

- al parecer no fui yo quien lanzó esa última maldición, ¿no Albus?, casi puedo decir que esas bofetadas fueron por el bien mayor – Dijo Grindelwald desde lo alto de un edificio, mismo donde el mago tenebroso reposaba sobre una rodilla y seguía riendo, y apenas parar de reír este se apareció a un lado de Ariana.

Apenas bajar, Grindelwald puso una mano sobre el hombro de Ariana, misma que fue quitada con violencia por la chica que se dirigió al mago oscuro y gritó.

- ¡y tú espera ahí, que ahora sigo contigo, pedazo de imbécil!, ¡solamente primero acabo con el idiota de mí hermano! –

Grindelwald retrocedió mientras tartamudeaba. - no es necesaria tanta violencia, Ariana – Dijo Gellert algo pálido, y de hecho parecía haber salido del imperius por un momento.

El mago oscuro realmente estaba asustado, ¿Qué pasó con la dulce niña que era la hermana de Albus?

Aunque siendo justos, Grindelwald entendía el enojo de la chica, pero vamos eso ya había pasado hace varios años.

No es cómo si la hubieran matado o algo así.

O espera....

De acuerdo mejor no daba su opinión.

Albus por su parte se limitó a tragarse todos los insultos que Ariana le lanzara, realmente se lo merecía, él mismo en su arrogancia, soberbia y avaricia había provocado la muerte de la chica.

Realmente se merecía su odio.

Dumbledore tenía la cabeza agachada, y solamente pudo decir con voz débil y entrecortada. – yo, sé que lo que hice es imperdonable, y sé que te ha de importar muy poco lo que yo tenga que decirte, pero quiero que sepas, que, de todo corazón, lamento lo sucedido, perdón –