Viernes 16 de abril de 1993.
Noroeste de Inglaterra.
Casa de Harry Potter.
Tina tropezó ligeramente con la bata que llevaba puesta. Hace unas horas Potter había terminado con el interrogatorio, su marido, Newt Scamander, finalmente había permitido al mago oscuro entrar a su mente, sacando toda la información y conocimientos que por años había acumulado, todo lo relacionado a las criaturas mágicas. La mujer se colocó en una camilla blanca mientras las luces de la habitación nublaban su mirada; ella había sido traída aquí por Potter, quien a su vez llevó al desmayado Newt a otra habitación, ya que su esposo se había desmayado tras la fuerte intrusión en su mente.
La mujer observó la blanca habitación mientras suspiraba, la puerta frente a ella era blanca y de metal, imposible de pasar por el momento. Por lo que podía ver estaba en la enfermería de aquel sitio; seguramente donde Potter mandaba a sus súbditos a recuperarse.
El sonido de la puerta abriéndose le hizo voltear a su dirección; Una chica entró con paso calmado a la habitación, era una chica de altura promedio, cabello rubio hasta la cintura y algo enmarañado, ojos con expresión sorpresiva. La chica tenía las dos manos juntas y caminaba con una sonrisa distraída. - ¿Quién eres tú? - siseó defensivamente Tina. Ella le sonrió. - Me llamo Luna -
La mujer retrocedió cuando la chica dio un paso, el leve sonido de la tela moviéndose le hizo darse cuenta que su bata había caído al suelo. Ella intentó cubrirse pero sus brazos parecían mágicamente paralizados. - Así que eres la esposa del señor Scamander - Murmuró pasando un dedo sobre la cicatriz de la chica, la varita de Luna estaba en su otra mano. Luna sonrió de medio lado, inspeccionando cada centímetro de la mujer frente suya, luego la empujó suavemente a la cama, ella, al estar paralizada, simplemente cayó de espaldas, la varita de Luna ahora apuntaba al abdomen de Tina. - Ya puedes moverte - Ella susurró. - Estando tan rígida no podría tratarte adecuadamente - Luna, sin dejar reaccionar a Tina, hizo volar varios frascos a sus manos de diversas cremas. - Siéntate - Ordenó suavemente.
Ella gruñó pero se acomodó en la cama, Luna empezó a pasar la crema por la cicatriz aun fresca que, aunque cerrada casi totalmente, seguía ardiendo y lagrimeando algo de sangre cada minuto. - Esto ayudara a que la herida sane mejor, pero Harry me ordenó que deberías conservar la cicatriz - Dijo Luna con delicadeza. Tina frunció el ceño mientras se mordía el labio, unas pocas lagrimas salían de sus ojos de salamandra. - ¿Por qué trabajas para ese monstruo? - Las manos de Luna no se detenían y ahora la cicatriz había cerrado casi por completo, tomando un color natural y dejando de verse rojo, ahora la chica se encargaba de limpiar la sangre con un pañuelo blanco que, rápidamente, cambiaba de color a carmesí.
- Él es ahora mi familia, así que simple - Dijo Luna con simpleza mientras limpiaba casi cariñosamente la sangre de la mujer. Tina la miró con absoluta frialdad. - Muchas agallas para llamar familia a alguien como él. Conozco a los de su tipo, oscuros, siniestros, manipuladores y carismáticos; él no se preocupa realmente por nadie, te están usando, Luna -
- Sé perfectamente como es él - Dijo solemnemente. Tina la miró fríamente. - ¿Lo sabes?, ¿Qué haces entonces aquí?, ¿Por qué quedarte con alguien que te ve como una sirvienta más? - Luna la miró impasiblemente. - Él es como una familia para mí, sé perfectamente que él es un monstruo, pero yo no soy tan diferente, ninguno de nosotros lo es. -
- Así que un monstruo, ¿Cómo Rosier o Grindelwald?, ¿Quizá como el que no debe ser nombrado?, ¿Ustedes son distintos a esa descripción pero entran en la misma categoría? - Luna sonrió ante lo cuestionamientos, la sonrisa de la chica y su expresión era tan soñadora como siempre, aunque ahora mismo era algo más contemplativa. - A todos nos mueve la avaricia - Ella respondió con calma. - Aunque no todos pecamos de la misma lujuria - Agregó mientras guardaba su varita, siendo que las heridas de la mujer ya habían sido tratadas, una nueva túnica negra ahora cubría a la mujer tras un solo movimiento más de varita.
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Harry Potter: La luz que muere
FanfictionAlbus Percival Wulfric Brian Dumbledore era capaz de prever sucesos muy próximos o futuros, pero su mentalidad provocaba que se creyera incapaz de equivocarse, y que cuando lo supiera lo negara, en sus falsas esperanzas de ver lo mejor de los demás...