Una plática, tres muertes

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Reino unido.

Lejanías de la civilización.

Amelia observó como Harry alzaba su mano en su dirección una vez realizó su última pregunta, "¿no quieres ser parte de ese triunfo?", aquellas palabras no hicieron regatear a la mente de la bruja, el discurso del chico fue bueno, eso era claro, casi cualquier mago o buja en su posición habría sucumbido, pero ella no era cualquier bruja.

- no estoy interesada – Fueron las únicas palabras que salieron de la aurora ante el ceño fruncido del mago tenebroso, no era la primera vez que tenían este tipo de conversación, aunque antes había sido en pleno duelo, sin embargo, la respuesta fue antes y ahora; igualmente contundente.

Harry luego de ese corto proceso de enojo simplemente sonrió hacia la bruja, extendió la mano y la dejo alzada, luego comenzó a hablar. – eres tan difícil de convencer como siempre, Amelia, parece que se requieren más que palabras para persuadirte. Te pido entonces que tomes mi mano, permíteme mostrarte algo que puede que te haga cambiar de parecer –

Amelia dudó por unos instantes, pero algo la hizo darle la mano a Harry, algo dentro de ella le decía que lo que mostraría el chico era importante, así que una vez Amelia alzó su mano Harry la tomó con una sonrisa, inmediatamente ambos desaparecieron.

__

La penumbra de la noche asolaba el ambiente alrededor de un hombre encapuchado, el cabello negro y ojos morados eran escondidos por la azabache túnica del brujo que caminaba teniendo la varita en sus manos.

El negro velo que representaba la capucha se movía ligeramente con el viento, aunque en ningún momento la posición de la prenda se vio comprometida de su función, la de ocultar el rostro de su portador.

Aquel hechicero tenebroso se dirigía a una casa de buen tamaño en pleno bosque, evidentemente la persona que ahí residiera, fuera quién fuera, era del disfrute de la paz que traía la incivilización de esos verdosos lugares, cosa que le iba a jugar en contra, eso cuando por la falta de gente nadie pudiera darse cuenta de lo que iba a acontecer.

Al hombre que caminaba por el lugar se le hacía casi incomprensible el reconocer sus propias acciones, antaño nunca se hubiera atrevido a hacer algo así, pero si quería cumplir con el objetivo de su maestro, uno que a la vez traería el suyo, tenía que hacerlo.

La puerta de la casa estuvo finalmente frente al mago luego de unos instantes de caminata, el viento resoplaba dando sonido a la fría noche, solido único conservado en el aire sin perturbarse en lo más mínimo cuando el brillo de la varita abrió la cerradura de la puerta, solamente se perturbó ante el chillido de las bisagras al abrirse la puerta.

El mago observó la puerta abrirse y entró a la casa a paso lento, las barreras protectoras no era problema en esos instantes, ya se había encargado de ahuecarlas de forma silenciosa, no fue una gran entrada pero fue lo suficientemente grande como para pasar, no fue fácil, cuatro quintos de su magia se habían gastado en abrir esa entrada, motivo por el que aquel brujo temía ligeramente fracasar en su actual misión.

Sin embargo los miedos del mago parecían ser infundados cuando vio a su objetivo, uno que estaba completamente desarmado.

El objetivo se volteó a verlo sorprendido por la inesperada visita, aquellos ojos amarillos cubiertos por unas gafas de montura metálica se abrieron de forma abrupta apenas el hombre abrió la puerta, ese hombre con cojera no creía posible que sus barreras fueran derribadas con un silencio tan abrupto, aquello simplemente lo tomó desprevenido, por lo que su varita seguía en un mueble cercano donde la había dejado.

El mago intruso vio como el mago trataba de arrojarse a su varita para intenta presentar pelea, pero fue en vano, su varita estaba muy lejos, y el hechicero fue más rápido. Simplemente el mago desarmado nunca pudo alcanzar su varita, había caído de bruces al piso mucho antes de poder llegar, aquel chorro verde de luz había roto el aire en un sonido relampagueante impactándolo en el pecho, un movimiento rápido que había transformado al mago en un cadáver.

Harry Potter: La luz que muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora