La misión y las artes de la mente

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Viernes 4 de septiembre de 1992.

Casa de Harry Potter.

Sección de celdas.

Jade Greengrass despertó de manera algo adolorida, realmente el estrés en esos días era muy grande, desde el regreso de Voldemort Harry se había encargado de sacarles datos y de torturarlos, al menos a Lucius y a Alexander, curiosamente ella se salvó de ese tipo de castigos, aunque desconocía el motivo de esto último.

Aun así, estaba en uno de los bloques de celdas del piso más hondo de la casa, una habitación idéntica a la de Amelia Bones, era su celda actual, por llamarla de algún modo.

Sinceramente no sabía si estar aliviada o preocupada, más porque el día de ayer vio como su esposo y Lucius eran transportados a otra sección de celdas, esto siendo arrastrados por el suelo en un estado realmente lamentable, básicamente parecían dos costales maltratados de todas las formas posibles.

Lady Greengrass se levantó lentamente de la cama antes de dirigirse al armario a recoger una túnica, al cambiarse se vio en el espejo que había en el interior del armario, todo su cuerpo estaba lleno de runas en tinta color negro, runas de supresión mágica, todas con fin de que no se le pasara si quiera por la cabeza tratar de escapar, eso sería básicamente un suicidio.

Usualmente uno pensaría que eran precauciones exageradas para contener a una bruja desarmada, sin embargo, ella no era cualquier bruja, era Jade Greengrass, una bruja capaz de darle una pelea por su dinero a un grupo de cinco aurores entrenados.

Harry por supuesto que sabía eso, por lo mismo en su espalda había una segunda precaución, un complejo sistema de runas en color rojo sirvieron de localizador, aun si lograba escapar Harry sabría dónde estaba, así estuviera al otro lado del mapa.

Además, las runas eran capaces de dar "una pequeña descarga" a su usuario si pasaban un rango de distancia de cierto lugar, realmente escapar era imposible en esos momentos.

Jade suspiró mientras terminaba de vestirse y se sentaba en la cama, realmente no sabía qué hacer en esos momentos, una vez más hizo caso a su marido cuando este le dijo de ir con Voldemort, "es lo mejor, querida" fueron sus palabras exactas.

Lady Greengrass realmente estaba en desacuerdo, pero sinceramente tampoco veía otra opción viable en esos momentos, ahora solamente se preguntaba el motivo de Harry para no asesinarla todavía, es más, se preguntaba el motivo de Harry para no haberla si quiera dañado.

¿Acaso el chico quería alguna información? no, no podía ser eso, el chico era un Legeremante como pocos, de haber querido información ya la tendría.

¿Acaso era por tenerle aprecio? esa respuesta era aún más negativa, el motivo era evidente.

¿La quería para algún plan? probablemente, pero no podía imaginar ninguno en realidad.

¿Quería su cuerpo acaso? Esa opción se descarta igualmente, de haber querido eso lo habría tomado cuando le colocó las runas.

Entonces la pregunta era, ¿Qué quería Harry?

Todos los escenarios pasaban por su cabeza en esos momentos, el último llegó a su mente una vez más, realmente cuando le colocaron las runas sintió miedo de que ese fuera a ser el desenlace, sin embargo, no ocurrió.

Realmente eso le intrigaba, si Harry era capaz de cometer un genocidio en una aldea entera solo para conseguir cadáveres, no pareciera que el abuso fuera algo que saliera de su alcance, podría ser que el chico no considerara bueno ir tan lejos por cuestiones de moral, pero realmente luego de todo lo que hizo lo dudaba bastante.

Harry Potter: La luz que muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora