Black

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Sábado 17 de octubre de 1992.

Inglaterra

Londres

Ministerio de magia británico

Sala del tribunal Wizengamot.

Harry estaba algo sorprendido por la velocidad de los eventos, realmente no creía que se tomará tan poco tiempo para poner a Amelia en el cargo, aunque no debería ser muy sorprendente, el ministerio estaba desesperado por todos los hechos recientes, así que necesitaban un líder fuerte, mismo que siempre habían encontrado en Amelia Bones.

El chico luego negó con la cabeza, ya todo estaba hecho, ahora había otra cosa de la que encargarse; el juicio de su padrino, mago que ahora estaba mirándolo a él y a Draco, más que nada por curiosidad ante la despreocupación mostrada, un rasgo que realmente ya no sorprendía al resto del tribunal mágico.

- bueno, no me gusta ser un amargado, por lo mismo señalaré que tu túnica esta algo fuera de moda, bueno, muy fuera de moda, las rayas negras y blancas ya son algo muy usado - Señaló Harry ante la ligera sonrisa de Sirius, al menos ambos tenían sentido de humor.

- sí, esta algo fuera de moda, siempre preferí las túnicas más arregladas, de hecho, algunas vestimentas muggles igualmente calzaban bien , tengo algunos trajes aun guardados por algún viejo armario - Respondió Sirius, parecía que los dos iban a platicar calmadamente por un rato, pero la voz de Amelia los interrumpió.

- Señor Potter, Señor Black, compórtense - Dijo la bruja con voz firme. - aguafiestas - Respondieron los dos magos al unisonó ante la mirada en blanco de todos.

- Ejem... bueno, se debe continuar con la sesión, esto será rápido, solamente hay que aclarar lo siguiente, se le puede interrogar de varias maneras, de la convencional, usando Veritaserum, Legeremancia, o algún otro método mágico - Empezó a decir la nueva ministra.

- De descubrir que usted no perteneció a los mortífagos, o que perteneció, pero desertó y está dispuesto a dar información lo suficientemente relevante, el ministerio está preparado para ordenar su inmediata liberación, hasta entonces se le considera un mortífago convicto, ¿acepta estas condiciones, Señor Sirius Black? - Cuestionó Amelia con calma ante el asentimiento del mago. - sí, señorita Bones -

- Bueno, si se me permite opinar, siendo esto un juicio rápido y contundente, además dado el estado de mi padrino, creo que el uso de Veritaserum sería lo más apropiado, yo mismo siempre tengo en mi estuche de pociones algunas muestras, más potentes que lo habitual por supuesto, ¿Creen apropiado su uso, miembros de honorable Wizengamot? - Fueron las palabras calmadas de Harry ante todo el tribunal, mismo que, en su mayoría, asintió, permitiendo el uso de la pócima de la verdad.

- De acuerdo, se autoriza por esta tribunal el uso del Veritaserum, como simple formalidad deberé preguntar, ¿Está de acuerdo con su uso, Señor Black? - Las palabras de la bruja volvieron a traer un asentimiento del mago, él no tenía que temer nada; sabía que era inocente.

- Bien, por favor, Señor Potter, suministre tres gotas de la pócima al acusado - Finalizó Amelia mientras Harry bajaba de su asiento y sacaba la pócima de su estuche.

Las tres gotas de Veritaserum fueron suministradas a Sirius sin ninguna resistencia, él nunca puso oposición de ningún tipo, ni siquiera cuando lo sentaron y esposaron a la silla del acusado.

Luego de unos instantes de que el brebaje tocara la lengua de Black las preguntas comenzaron, todo ante los ojos algo vidriosos del mago supuestamente tenebroso.

- ¿Cuál es su nombre completo? - Cuestionó primeramente Amelia. - Sirius Orión Black tercero - Contestó con calma y monotonía el mago. Aquello provocó asentimientos de todos, el mago estaba, efectivamente, bajo los efectos del Veritaserum.

Harry Potter: La luz que muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora