Black and the Sword

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Lunes 8 de febrero de 1993.

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Aula de defensa contra las artes oscuras.

- Hoy, queridos alumnos míos, aprenderemos como contrarrestar algunos mágicos venenos, identificarlos, y como evitarlos – Dijo Harry, vestido con su habitual vestimenta de profesor, caminando entre su salón, aunque, sin tardar demasiado, se dio cuenta de las miradas que atraía indiscretamente ese día.

- ¿Tengo algo en la cara? – Cuestionó algo descolocado el mago tenebroso, a la vez que dejaba que su serpiente; Asmodeus, que reposaba en su brazo, bajara hasta el escritorio a descansar, en vista de que la demostración no sería inmediata.

Una chica de entre los alumnos; Padma Patil, fue la que, algo desconcertada, pronunció palabra. – Eh.... Tu espalda.. llevas una, bueno espada – Dijo señalando la funda en la espalda del chico, una funda negra que colgaba aparentemente debajo del saco, lo más seguro es que la espalda del saco largo se hubiera modificado, con fin de meter el cuero de la correa, misma que acababa por en medio, justo en el pecho, con una hebilla plateada.

La funda, claramente, contenía la más reciente adquisición del señor oscuro; su espada, "Nothung", cuyo crucifico sobresalía en el mango por fuera de la funda, aparentemente muy adaptada a la forma particular del arma blanca, misma que, aparentemente, llamaba mucho la atención del alumnado. Al menos en su clase, puesto que cuando llegó no la llevaba puesta todavía; estaba esperando el envío de la funda por lechuza.

- Oh – Él dijo rascándose la nuca. – Ha sido una pequeña adquisición mía de los duendes – Harry desenfundó la espada para mostrarla a todos sus alumnos; los de segundo al menos, quienes ahora compartían todas las casas su clase a la misma hora. – Es una forma de ampliar mi catálogo de defensa, una forma nueva de aprender en los duelos en realidad – dijo volviendo a guardar el arma blanca.

- ¿Usted sabe usarla, profesor? – Cuestionó alzando una ceja Pansy Parkinson, quien, en realidad, veía con algo de sorna a la espada; le hacía demasiado reflejo al fundador de la casa rival, quien, en un pasado, uso aquella noble arma en la batalla.... Fue casi inverosímil que un señor tenebroso usara un arma como esa.

- Estaré practicando – Se encogió Harry de hombros.

- Bueno, a lo que iba, verán, los magos tenebrosos, o al menos los que desean ser discretos, suelen emplear diversos venenos encantados – Harry colocó con cuidado un pequeño frasco en los colmillos de Asmodeus, dejando que este se llenara con veneno de la mágica serpiente. Ahora sostenía el frasco en frente de la clase, a la vez que Asmodeus se acercaba a él, acomodándose en su cuello.

- Este es veneno de serpiente, y no de cualquiera, de una criada con magia desde su huevo – Toda la clase jadeó ligeramente; eso era una interesante confesión, siendo que era un hecho que alguien, sea o no el profesor, había experimentado con aquel espécimen para adaptarlo más al mundo mágico, eso incluía su veneno.

- No, no fui yo quien la crio, solo la adopté – Aclaró Harry a la clase.

- Poco creíble – Mencionó Ron en un susurro a Dean Tomas.

- Al igual que tus esperanzas de pasar esta asignatura – Contestó Harry de espadas mientras anotaba algo en el pizarrón. La clase dio una leve risa.

- Bien – Harry se volvió a dirigir a la clase. – Hay varias formas de contrarrestar un veneno, dependiendo del tipo y las circunstancias – Harry rayó la primera opción con su gis en el pizarrón.

- El primero es un antídoto, en este caso, yo siempre llevo conmigo uno general, compuesto de Bezoar – Dijo sacando de su chaleco un frasco con un líquido morado. – Pero, como es evidente, no siempre se cuenta con uno a la mano, así que vamos a la siguiente alternativa –

Harry Potter: La luz que muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora