Posible pasado y acercamiento al futuro

1.7K 194 101
                                    

Miércoles 2 de septiembre de 1992.

Noroeste de Inglaterra.

Casa de Harry Potter.

Harry caminó con calma hasta el séptimo piso inferior de su sótano, durante las vacaciones el joven mago habia extendido su casa bajo la tierra, eran un total de siete pisos, el primero siendo la casa visible, el segundo el sótano, el tercero el piso debajo de este, así de forma consecutiva, siete pisos, siete, el número más mágico de todos, y el favorito de Harry Potter.

El trabajo de expansión fue sencillo, muy sencillo, realmente los duendes eran buenos ocultando cosas bajo la tierra, y Harry era muy bueno sobornando o chantajeando a los duendes, así como se volvió bueno fabricando y consiguiendo varitas, era un buen acuerdo de mutuo beneficio.

Cada piso guardaba algo único, aunque no todos eran realmente especiales, el primer piso era evidentemente la casa de Harry.

El segundo era un taller, usado para la elaboración de diversos artilugios, principalmente varitas mágicas.

El tercero era una sala de entrenamiento y estudio, bastante amplia en realidad, a la vez también habia una sección en el piso para cualquier clase de junta.

El cuarto piso era un gran conjunto de habitaciones y cuartos, mismos donde varios elfos domesticas habitaban, también había varios duendes que trabajaban para Harry, esto como parte de su acuerdo con esa raza, cabe aclarar, que los duendes tenían su propio taller en dicho piso.

En el quinto piso estaba el laboratorio de Harry, era un área realmente amplia usada para las investigaciones, experimentos y rituales del joven mago tenebroso.

En el sexto se construyó una inmensa sección de hábitats, algunos expandidos mágicamente, todos usados para el resguardo de distintas criaturas mágicas, que a la vez impedían a cualquiera bajar al piso siguiente o subir a los que ya estaban a bajo, sin autorización de Harry claro está.

El último piso, el séptimo, era una compleja y protegida sala de celdas, todas protegidas por runas, y por mortíferas maldiciones, las celdas eran realmente seguras, la mayoría no eran realmente incomodas, pero podía asegurarse, que casi nadie, podría salir de ahí.

Harry podía decir que nadie se escaparía de dichas celdas, no tenía temor a equivocarse, al fin y al cabo, ahí mantenía a Grindelwald cuando no lo tenía bajo la maldición imperius, y si ese gran señor oscuro no ha podido escapar los demás tampoco tendrían posibilidad real de hacerlo.

Finalmente, luego de unos minutos, Harry llegó hasta la celda de Amelia, ahora solamente debía hablar con la bruja, quizá dejarla viva podría tener varios beneficios, la chica podría ser un factor decisivo en su victoria, solamente debía actuar correctamente.

__

Harry vio a Amelia ser inmovilizada, sonrió un momento ante eso, luego agarró la silla frente de sí y se sentó tranquilamente.

Amelia al verlo sentarse simplemente gruñó y dijo. – para mí no es un placer verte, nunca he tenido el gusto de hablar con gente que se esconde detrás de una máscara –

Harry volvió a sonreír y dijo. – nunca me quitó la máscara frente a enemigos, pero siendo que de todos modos no puedes irte de aquí, no creo que haga daño mostrarte quién soy en realidad – Dijo Harry con su voz algo distorsionada, siempre sonaba así en realidad, era una de las precauciones de su máscara.

Harry sonrió una vez más al ver la cara sorprendida de Amelia, luego llevó su mano a su máscara, a la vez que deshacía su transformación sobre sí mismo.

Harry Potter: La luz que muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora