17. Balas en el corazón

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Taehyung estaba ansioso por dos motivos. Uno: hoy volvería a ver a Namjoon después de la exposición y su vergonzosa despedida, ya que la grabación final con los cuadros se llevaría cabo hoy en la "Escuela", la segunda sede de la Facultad de Arte. Dos: estaba seguro de que una vez cruzara el pasillo que conectaba las habitaciones con la sala, tendría que enfrentarse a las sesiones de romance de Jimin y Jungkook.

Sobre lo segundo, hoy no le quedaba duda alguna de que sería así, ya que, ni bien había salido de su habitación, lo primero que vio fue a Yoongi, con el semblante decaído, en el umbral del pasillo. Taehyung creyó haber escuchado su corazón romperse y, antes de que pudiese decir algo, Yoongi continuó con su camino, así que él hizo lo mismo.

– Hola, Taehyung –Jimin está recostado en el marco de la puerta, con Jungkook a su lado, quien solo inclina la cabeza, sin dirigirle ni una sola palabra. Taehyung no le da más vueltas y les devuelve el saludo, pero entonces Jimin lo detiene con una simple pregunta–. ¿A dónde vas?

Jimin mueve a Jungkook consigo hacia interior del departamento, despejando la puerta, pero no deja de prestarle atención a Taehyung, como si supiera que, si se descuida por un minuto, el castaño saldría corriendo del lugar.

– A la segunda sede de la Facultad de Arte – Taehyung siente que la mirada de Jungkook le quema la piel. Quiere gritarle, pero, como lo ha venido haciendo las últimas semanas, simplemente trata de ignorarlo–. Debo irme o llegaré tarde. Adiós.

Se gira sin esperar una respuesta y, como si de ello dependiera su vida, acelera en dirección al ascensor. Logra escuchar a Jimin también despedirlo con un adiós, pero no da vuelta atrás hasta que escucha la puerta cerrarse. Pide el ascensor, y, luego de esperar unos minutos, ingresa y presiona el botón que tiene dibujado el número 1. No obstante, cuando las puertas estaban a punto de sellarse, estas vuelven a abrirse y, por segunda vez desde que se conocieron, Jungkook y Taehyung se encuentran solos en cuatro paredes.

El menor no está seguro de si debe decir algo, porque la tensión entre ellos lo está ahogando. Ambos están parados mirando cómo las puertas del ascensor vuelven a cerrarse. Solo entonces, Taehyung por primera vez comprende la frase "tan cerca y tan lejos a la misma vez".

– ¿Cómo has estado? –la voz ronca de Jungkook llena el espacio y lo embriaga.

– Bien –responde Taehyung, mirándolo de reojo y notando que el pelinegro está evitando el contacto visual–. ¿Y tú?

Silencio. Taehyung empieza a creer que la tierra ha dejado de girar y que el tiempo se ha detenido, porque le parece una eternidad lo que el ascensor se demora en llegar al primer piso.

– No lo sé.

Taehyung lo mira y se encuentra con unos ojos marrones posados en él. Encuentra una mezcla de culpa y arrepentimiento, pero no logra identificar de qué. ¿Se arrepiente de haberle conocido? ¿De haber perdido su tiempo con él, ahora que ha encontrado a Jimin? No está seguro de si quiere oír las respuestas a esas preguntas.

Las puertas del ascensor se abren y el castaño sale primero, pero se detiene y gira. Jungkook ha salido tras Taehyung, pero se ha quedado quieto a unos pasos de él.

– Lo siento –suelta el pelinegro, en un tono que casi se asemeja a un murmuro.

Taehyung solo atina a asentir y se retira del edificio, sintiéndose herido, como si esas palabras fuesen balas que han ido a parar directo a su corazón. 

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora