70. Temporal

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Taehyung tocó el timbre, sintiéndose pesado. Hubiera preferido que Jungkook se quedara en Seúl, pero era consciente de que sería una gran oportunidad para él salir del país. Encontrarían la manera de hacer funcionar lo suyo. Lo harían.

– Hola –dijo Taehyung, un poco desanimado por ver a Eunwoo, en lugar de Jungkook.

– Hola –dijo Eunwoo, guiándolo hasta la sala–. Jungkook está en su cuarto. Al fondo a la derecha.

– Gracias. Es agradable volver a verte –responde el castaño.

– Me alegra que hayan arreglado las cosas entre ustedes –Eunwoo sonríe y Taehyung hace lo mismo–. Bueno, yo estaba de salida, así que los veré en el aeropuerto.

El castaño asintió y se dirigió hacia la habitación de Jungkook. Dejó unos tres golpecitos en la puerta y, antes de que pudiera reaccionar, el pelinegro había abierto su puerta y lo había envuelto en un abrazo.

– Hey –dijo Taehyung, acariciando la espalda del mayor. Lo apartó un poco y dejó un beso en sus labios. Por las bolsas debajo de sus ojos, era evidente que Jungkook no había podido conciliar el sueño–. ¿Estás bien?

El pelinegro negó con la cabeza y volvió a esconderse en su cuello–. Me siento nervioso ¿Y si esto no es lo correcto?

– ¿Por qué no lo sería? –preguntó, sintiéndose algo inquieto por la forma en la que Jungkook le estaba mirando.

– Comenzamos a estar juntos y yo... –dijo con la voz un poco que quebrada–. No quiero separarme de ti. No quiero que esto arruine lo que tenemos.

Taehyung sonrió aliviado, porque entonces ambos tenían los mismos miedos, pero tenían claro a la vez que querían que su relación funcionara–. Claro que es una buena idea que salgas del país y ganes experiencia. Yo tampoco quiero separarme de ti, así que estoy seguro de que encontraremos la manera. Luego ya tendremos el resto de nuestras vidas para estar juntos.

Jungkook asiente–. Gracias, Tae, gracias por todo.

El castaño sonríe y, tomándolo de la mano, ambos ingresan a la habitación. Solo faltaba que una maleta terminara de ser llenada con la ropa que estaba sobre la cama del pelinegro para que este estuviese listo para partir. La sola imagen de ese mueble había transportado a Taehyung hacia aquel día en el que había podido disfrutar de Jungkook como lo había venido deseando desde hace mucho tiempo, para ser honestos, así que, con ese pensamiento en mente, el castaño sintió que sus mejillas se encendían y que comenzaban a arderle de vergüenza. Quiso ocultarlo, pero Jungkook había sido más rápido y había evitado que Taehyung ocultara su rostro, tomándolo del mentón. Fueron suficientes unos segundos para que el pelinegro eliminara la distancia entre ambos y, con necesidad, tomara los labios del castaño. El calor en la habitación aumentó de golpe. Taehyung, dejando de lado la vergüenza, recorrió los brazos de Jungkook y jugó con el cabello de su nuca, profundizando aún más el beso.

Retrocedieron torpemente y cayeron sobre la cama, desordenando la pila de ropa doblada que, hasta hace un momento, ocupaba su lugar. Taehyung abrió sus piernas y, sin perder el tiempo, Jungkook se acomodó entre ellas. Cuando sus caderas comenzaron a encontrarse, todas las alertas en la cabeza del castaño se desactivaron. Estaba perdido en el cúmulo de sensaciones que el mayor causaba en él y complacido al escuchar los gemidos de placer de este.

– Hagámoslo, por favor –pide con dificultad por la falta de aire, apartando un poco a Jungkook y quedando sin aliento ante la vista de quién era su novio. Sus labios levemente hinchados y los ojos intensamente brillantes.

– No me opongo –responde Jungkook, con la voz rasposa y cortada, y una sonrisa coqueta en el rostro.

En cuestión de segundos, las prendas quedan sobre el suelo y, en complicidad, deciden darle rienda suelta a sus deseos. Taehyung siente que la cabeza va a explotarle de tanto placer, especialmente cada vez que Jungkook empuja contra él.

– Te sientes tan bien –murmura el pelinegro entre gimoteos, haciendo que Taehyung se sienta aun más sensible en cada parte de su cuerpo. Envuelve a Jungkook con los brazos y lo acerca aún más, en un intento por quedarse con un poco más de él antes de que un océano los separe.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora