Namjoon había tenido una decaída el día de la última grabación y había perdido la oportunidad de volver a ver a Taehyung. Estaba desesperado por salir de casa e ir al trabajo, pero su madre se lo había impedido, así que el resto de la semana se la había pasado trabajando de manera remota. Es decir, prácticamente sin hacer nada.
Por ello, cuando su madre lo dejó por fin a solas, huyó hacia Uranio, esperando, con un poco de suerte, encontrar a Taehyung. El castaño le había comentado el día de la exposición que trabajaba de vez en cuando ahí y Namjoon no lo había olvidado.
El personal de seguridad lo reconoce y le permite ingresar sin hacer cola. El ambiente ya estaba completamente en su punto. Se dirige a la barra y pide una botella de agua.
– ¿Namjoon? –la voz de Hoseok llega a él y decide enfrentarlo–. Hermano, ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar en...
– ¿En casa? ¿Pudriéndome en mi cama?
Hoseok suspira. Ya ha pasado por esto muchas veces como para enojarse con Namjoon–. Solo procura no beber. Estaré pendiente, aunque me odies por eso.
No tiene ganas de discutir, así que asiente y recibe su botella de agua, dando por terminada su conversación con Hoseok. Cuando la barra empieza a llenarse de gente, Namjoon decide huir a la segunda planta y ubicarse en uno de los asientos individuales, que están al fondo. No recuerda cuánto tiempo ha pasado, pero ahora eso ya no le interesa. Taehyung está a unos metros, atendiendo algunos pedidos. Lo observa ir y venir, conversar con algunos compañeros y volver a la misma rutina.
Cuando lo ve terminar con su último pedido, Namjoon lo llama y Taehyung lo recibe con una sonrisa, que no termina de convencerle. Algo está mal, empero sabe que no es pertinente preguntar, así que solo se limitan a compartir un saludo convencional.
– Lamento no haber podido ir a la última grabación –suelta, de repente.
Taehyung niega con la cabeza–. No te preocupes. Solo fueron unas cuantas tomas.
– De todos modos, me hubiera gustado seguir conversando contigo.
Sabe que está siendo muy directo, pero no quiere darle vueltas al asunto. Lo estudia. Taehyung lo está mirando algo sorprendido.
–Hoy salgo antes – Namjoon siente que su corazón se ha detenido–. Podemos continuar conversando entonces.
Taehyung le regala una sonrisa que ahora sí parece sincera y él acepta. Ambos quedan en encontrarse en la barra del primer piso. No está seguro desde hace cuánto tiempo, pero hace mucho no se sentía emocionado y expectante por algo.
Por primera vez, desde aquel día en el que su padre, quien usualmente nunca se comunicaba con él, lo llamó, porque su madre no tenía el corazón para decirlo en voz alta, para comunicarle que le habían diagnosticado cáncer, sintió que había vuelto a renacer.
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El chico de la bufanda lila (taekook)
Romance"El amor duele tanto como reconforta" Las vidas de Kim Taehyung y Jeon Jungkook se cruzan como si ambos hubiesen estado destinados el uno para el otro, pero el silencio podría llevarlos por rumbos separados. Kim Namjoon, cegado por sus propios miedo...