32. Preocupación

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Lo malo de las vacaciones era tener un poco más de tiempo para pensar más en cosas que preferiría dejar de lado. Por más que deseaba evitarlo, constantemente terminaba encontrándose en medio de un enredo de pensamientos que involucraban a Namjoon y Jungkook en menor medida, o eso quería pensar Taehyung.

En fin, quiso también convencerse de que era imposible borrar de plano la existencia del último, ya que inevitablemente debían cruzarse en Uranio cuando sus turnos coincidían con los días en los que el pelinegro realizaba una presentación. Odiaba el hecho de que muy internamente deseaba que cierto porcentaje de tensión se instalara entre ellos, pero Jungkook parecía haberlo olvidado todo y eso hacía que Taehyung se inquietara porque ni siquiera él estaba seguro de qué era ese "todo" al que su subconsciente hacía referencia. No fueron nada. Ni amigos ni pareja, pero aún así Taehyung sentía que entre ellos había miles de páginas escritas.

La aparición de Ji-Eun tampoco había ayudado. No porque la chica fuese una mala persona o algo parecido, de hecho, era bastante amable, debía admitir Taehyung, sino porque parecía haberlo logrado todo de una manera bastante fácil con Jungkook. Taehyung sentía que le habían robado algo que ni siquiera, en primer lugar, había sido suyo.

Sacude levemente la cabeza, intentando arrojar todos esos pensamientos muy lejos, y se concentra en doblar su uniforme. Lo arroja al fondo de la maleta y revisa nuevamente el celular. Namjoon debía estar cerca, y no se equivoca, porque, luego de unos minutos, el moreno lo está esperando recostado contra su auto con una sonrisa en el rostro.

Se acerca con tranquilidad y lleva sus manos al rostro del hombre que está frente a él. El cansancio y falta de sueño son totalmente reconocibles en cada una de sus facciones, como ya lo ha venido notando desde hace un tiempo. En esta ocasión, la preocupación comienza a crecer hasta el punto que ya no la puede contener.

Dejando un corto beso en una de sus mejillas, Taehyung pregunta, intentando tomarlo desprevenido­–. ¿Estás bien?

Lo siente tensarse. Namjoon se aparta un poco y responde que sí, sin sonar convincente, pero Taehyung no quiere presionarlo, así que no vuelve a tocar el tema, al menos por esa noche. 

Una vez en el auto, Namjoon posa una de sus manos en su rodilla izquierda y, sin dejar de mirar la autopista, dice casi en un murmuro–. Lo siento... –Taehyung asiente y cubre la mano del otro con la suya.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora