36. Comenzar de nuevo

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Eunwoo suelta otro chiste de su repertorio y sus amigos ríen en conjunto. Jungkook los sigue, no porque aquello le haya causado gracia, sino porque le generaba nostalgia. Tal vez así se sentiría tener una familia menos enfocada en el qué dirán.

– ¿Ahora qué es lo que te preocupa?

Ji-Eun lo estudia, mientras le da un sorbo a su gaseosa. En ese momento, el pelinegro se pregunta si sería adecuado darse una oportunidad con ella, si sería correcto permitirse quererla como más que a una amiga. Después de todo, Ji-Eun se había convertido en una persona en quien podía confiar, tanto como lo hacía con Eunwoo. Entonces, lo recuerda. Precisamente por ello se había mantenido reacio a verla con otros ojos. Con Taehyung, lo había arruinado todo, su inmadurez se había interpuesto entre ambos y acabado con lo que pudo ser al menos una buena amistad. No quería que eso sucediera también con Ji-Eun.

– En que mi porción de papas no fue suficiente –dijo, levantándose de su asiento–. Iré a comprar otra porción más.

Ji-Eun asintió y volvió a la conversación sobre la vez en la que Lisa, hermana de Eunwoo, se había golpeado contra una puerta en una entrevista de trabajo, frente a la que luego sería su jefa. A medida que se alejaba, un solo pensamiento venía a su mente: tal vez debía llamar a Jongin y arreglar las cosas entre ambos. Cuando solo le faltaba presionar la opción de marcar, alguien tropezó con él. Levantó un poco la vista y lo vio. Después de varios meses, volvían a encontrarse cara a cara.

Taehyung se excusó y Jungkook asintió, volviéndose para irse a otro lugar, donde pudiese conversar con su hermano, pero entonces el castaño lo detuvo con tan solo una pregunta.

– ¿Cómo estás?

– Bien, ¿y tú?

– Bien.

Tal vez debía solo dejarlo ahí y retirarse.

– Me alegra.

Taehyung asiente y Jungkook se repite mentalmente que es hora de continuar con su camino. Sin embargo, antes de que pueda hacerlo, Taehyung le pregunta si pueden conversar afuera y el pelinegro se encuentra a sí mismo aceptando. Le cuesta un poco soltarse, pero al cabo de unos minutos su cuerpo deja de estar en estado de alerta. Se encuentran sentados en las escaleras de escape del segundo piso.

– ¿Has venido con amigos? –Jungkook responde que sí. Un silencio corto se instala entre ambos– Me gustabas.

– Y tú a mí.

Taehyung enciende un cigarrillo. Jungkook se pregunta desde cuándo comenzó a fumar.

– ¿Por qué entonces terminamos así?

Jungkook suspira con pesadez.

– Creí que te gustaba Yoongi –Taehyung da una calada– Fue tonto e infantil de mi parte. Y luego puse en medio a... Jimin. Eso también fue tonto y poco justo.

– No somos tan diferentes entonces.

Taehyung le cuenta un poco sobre Namjoon. Jungkook trata de ocultar la sorpresa, porque aquel nombre le es familiar, pero no lo menciona. Internamente trata de convencerse de que no se trata de la misma persona que él conoce.

– ¿Podemos comenzar de nuevo?

La luz del alumbrado público crea una especie de aureola en Taehyung. Quizá es una señal, piensa Jungkook, una señal de que aquello merece una oportunidad más.

– Por supuesto.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora