61. Sinceridad

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No encuentra a Ji-Eun por ningún lado y, aunque debería sucederle todo lo contrario, ello no le inquieta en demasía, así que solo le envía un mensaje de texto, preguntando por su paradero. Sin embargo, al cabo de unos minutos, Jungkook no puede evitar preocuparse. Deja el ambiente festivo del backstage y va en búsqueda de su auto.

Solo entonces logra visualizar a Ji-Eun acomodándose la chaqueta, mientras revisa su móvil. La llama por su nombre y la chica lo mira algo decaída. El corazón se le acelera. Teme que le haya pasado algo malo durante el tiempo en que estuvo distraído con Taehyung.

– ¿Estás bien? –su voz suena angustiada–. Ji-Eun, ¿estás bien? –repite, cuando esta evita el contacto visual.

– No, Jungkook –responde, pero, antes de que la angustia de Jungkook aumente más, añade–. Sé que has hablado con él.

– No puedo evitarlo toda la vida –dice el pelinegro, soltando un suspiro pesado.

– Lo sé.

Ji-Eun contínua evitando sus ojos– ¿Qué es lo debería hacer entonces, Ji-Eun?

– Dijiste que iríamos a tomar algo por ahí para celebrar... Lo olvidaste de nuevo, ¿cierto?

– Podemos ir ahora –se apresura en responder, tensando la quijada, y la chica solo atina a dejar ir una risa cargada de frustración.

– ¿Qué soy para ti, Jungkook? –interroga Ji-Eun, echándole un rápido vistazo a su móvil–. Pero, en serio, ¿qué soy? ¿Solo una amiga a la que no le puedes decir a la cara que realmente no te interesa de otra forma?

Ese era el momento indicado, era el momento de ser totalmente honesto. Dejar el pasado atrás y comenzar nuevamente de nuevo, pero sin medias verdades.

– Honestamente, no lo sé –se asincera, mientras a lo lejos ve al auto que probablemente llevaría a Ji-Eun a casa–. Estoy seguro de que te quiero, pero no la forma en la debería, como para que esto... funcione, porque yo...

–Todavía le quieres –se adelanta, completando la oración del mayor–. Todo siempre regresa a Taehyung.

Mentiría si lo negara, así que Jungkook opta por un silencio que no hace otra cosa que confimar lo dicho por la chica que se apresura a abrir la puerta de su taxi.

– Supongo que así es como esto termina.

– Lo siento, yo... –el mayor se detiene, cuando Ji-Eun acaricia su mejilla de manera fugaz.

– Lo entiendo –añade–. Gracias por los buenos momentos, Jungkook.

Entonces, la ve partir, y una mezcla de nostalgia y alivio lo invaden, que extrañamente le generan una sensación de tranquilidad. Por fin, luego de tantos enredos, sentía que las cosas en su vida por fin estaban tomando un rumbo. No estaba del todo seguro cuál era, pero sospechaba que era uno bueno.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora