25. Inquietud

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El chico es agradable, piensa Namjoon. Tan agradable que comienza a inquietarle, aunque no debería. Desde hace mucho, no había sentido algo parecido.

Lo recuerda claramente. Era un sábado por la tarde, en uno de los restaurantes del mall que quedaba a unas cuadras de su trabajo, durante el almuerzo que su jefe y maestro estaba organizando para sus asistentes, actuales y antiguos.  Estaba tan ansioso esperando a Seokjin, que cuando lo vio llegar junto a otro hombre, se sintió justo como ahora.

Son dos cosas distintas, piensa, totalmente distintas. Aún así, esa sensación se niega a desvanecerse.

Ya ha oído de él antes. Taehyung lo había mencionado una vez, en una conversación que había terminado enfocándose en Uranio. Había sido breve, pero todo en el castaño de pronto había cambiado: su tono de su voz y el aura que lo rodeaba. Namjoon lo había dejado pasar, porque pensó que era algo personal que no le incumbía. Él también tenía cosas que prefería tan solo dejar de lado. Sin embargo, ahora comenzaba a inquietarle lo que sea que haya pasado o no entre ambos, y se sentía asquerosamente horrible por ello.

Por alguna razón, le parecía que esa actitud venía de una parte de él que todavía que había quedado atrapado en el pasado con los recuerdos de Seokjin. Seokjin. Otra vez Seokjin. Le desespera pensar en él ahora. Tal vez es el alcohol, tal vez todo se debe a ello. Deja de lado su última copa y se acerca al lugar donde Chanyeol, Hoseok y Jungkook se encuentran tratando de recrear una extraña bebida que han visto en internet.

Jungkook lo mira acercarse y trata de hacerle una señal para que acelere, pero su brazo choca con una botella de vodka y esta cae estrepitosamente contra el piso. Cuando Chanyeol y Hoseo solo atinan a reírse, Namjoon confirma sus sospechas. Todo es culpa del alcohol. Han bebido demasiado, y con el estómago vacío.

– No te preocupes, es solo una botella de alcohol –le da unas palmaditas en el hombro a Jungkook, que parecía algo preocupado y aturdido.

El muchacho se le une y ambos dejan los restos en un pequeño bote de basura.

– ¿Es que todo me tiene que salir mal? – Namjoon se detiene para escuchar al pelinegro–. Mi hermano me ignora todo el maldito tiempo y el chico que me gusta está saliendo con otro –explica, pasando sus manos por su cabello en señal de frustración.

Namjoon sonríe y, sin entender por qué ahora la sensación de inquietud es más intensa, se acerca a él, llevándolo de nuevo hacia donde está el resto.

– Te equivocas –le dice y el menor lo mira con curiosidad–. Al que le salen las cosas mal es a mí, Jungkook. Yo me estoy muriendo.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora