20. Calidez

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– Eres un imbécil –Jimin acomodó su cabello con nerviosismo y tomó una bocanada de aire antes continuar con una serie de comentarios sobre lo indiferente que era Jungkook con él.

Yoongi rodó los ojos y, con cara de pocos amigos, se retiró del departamento camino a donde sea que lo mantuviera lejos del rubio al que tanto había anhelado y que ahora, frente a sus narices, discutía a todo pulmón con otra persona, que al parecer no parecía tan feliz con la relación por la que Yoongi lo daría todo.

A pesar de tener solo 20% de batería, Taehyung también decidió que debía retirarse del lugar. Esperaría a Namjoon en el parque que estaba a unas cuadras, así que le envió un mensaje corto, avisándole del repentino cambio de punto de encuentro.

No pudo concentrarse en la noticia que estaba leyendo en el celular cuando Namjoon le informó que se encontraba cerca y le pidió que lo esperara en una de las esquinas del parque, ya que no había encontrado un espacio donde estacionar su auto

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No pudo concentrarse en la noticia que estaba leyendo en el celular cuando Namjoon le informó que se encontraba cerca y le pidió que lo esperara en una de las esquinas del parque, ya que no había encontrado un espacio donde estacionar su auto.

El clima estaba templado y el cielo teñido de un color anaranjado pastel. Tardes como estas le parecían no reales, mucho menos cuando un tipo alto, moreno, de cabellera y ojos café, caminaba en su dirección. Se veía guapísimo como siempre, pensó Taehyung y la inseguridad que tanto detestaba, lo atacó, pero todo ello se disipó cuando Namjoon tomó sus manos y las besó.

Llevaban saliendo unas semanas desde el día en el que Namjoon le había besado en Uranio. Taehyung recuerda haberse dejado guiar hasta el patio de Uranio, que estaba algo vacío, pues casi todo el mundo había ingresado para escuchar la presentación de la noche. Namjoon le había sonreído y, cuando Taehyung le devolvió el gesto, el mayor le dijo lo que sentía por él. Odiaba que fuese así, pero lo primero que cruzó por su mente fue el rostro de Jungkook y la última conversación que tuvieron en el ascensor de su edificio. Esa imagen fue como una daga que le atravesó el esternón. Jungkook ya lo había dejado atrás y Taehyung pensó que era un buen momento para que él hiciera lo mismo.

– Te he extrañado –dijo Namjoon, devolviéndolo al presente.

Solo entonces Taehyung fue consciente de que él tenía una mano sobre la suya, sin ser correspondida. Sintiéndose culpable, entrelazó sus dedos con los de Namjoon y buscó sus ojos.

– Yo también –respondió y él volvió a sonreír.

En ese preciso momento, deseó con todas sus fuerzas que todo en él se llenara solo de Namjoon y la sensación de calidez que el moreno le transmitía con una simple sonrisa lo convenció de que el universo estaba de su lado.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora