41. Me gustas

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Nota para quienes siguen el playlist en Spotify:

La canción elegida para este capítulo es Still With You, pero, como ya saben, esta no se encuentra disponible en Spotify. Por ello, en el playlist, he incluido una versión en piano. Si quiere vivirla completa, en la sección para vídeos de este cap, está el enlace de una versión completa no oficial en Youtube :) Ahora sí dejo que continúen jeje.

La navidad había pasado en un abrir y cerrar de ojos, y, por lo tanto, la estadía en casa de sus padres había sido increíblemente breve, lo que Taehyung no consideraba necesariamente malo

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La navidad había pasado en un abrir y cerrar de ojos, y, por lo tanto, la estadía en casa de sus padres había sido increíblemente breve, lo que Taehyung no consideraba necesariamente malo. Les quería muchísimo, pero al cabo de unos días la convivencia se convertía en un verdadero desafío. Había pasado mucho tiempo viviendo solo antes de compartir un departamento con Jimin y Yoongi, así que regresar a un lugar con determinadas reglas, que ya no se acomodaban a las suyas, era difícil. Soportable, pero asfixiante y agotador después.

Al menos las conversaciones y llamadas con amigos de la universidad hicieron llevadera su estadía en la pequeña ciudad en la que se había criado. Especialmente aquellas en las que la otra persona detrás de la pantalla era Jungkook, con quien la comunicación era ahora más constante y abierta.

Taehyung termina de revisar una colección de Isabel Allende y observa a Jungkook ojear País de Jauja de Edgardo Rivera. El pelinegro lo mira un poco divertido y coge otro libro. Esta vez es Mil soles espléndidosde Khaled Hosseini. Cuando Taehyung está a punto de escoger otro libro, el teatro anuncia que la obra comenzaría en unos quince minutos.

– Vayamos o no podremos elegir buenos asientos –dice Jungkook, guiándolo con una mano en su espalda.

La noche es cálida, a pesar del aire fresco que corre por el parquecito al que habían decidido ir antes de volver a casa

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La noche es cálida, a pesar del aire fresco que corre por el parquecito al que habían decidido ir antes de volver a casa. Conversan un poco sobre la obra, y comparten algunos comentarios sobre algunos libros o series que tienen en común. Al cabo de unos segundos de silencio, Jungkook menciona que Eunwoo estaría en una obra de teatro la próxima semana.

– No sabía que le gustaba actuar –acota Taehyung, sonriendo.

– Ni yo, pero él continúa insistiendo que es solo para salvarle el pellejo a su hermana.

Entonces el pelinegro le explica lo que había sucedido. Antes de que Taehyung pueda agregar algo, Jungkook se adelanta.

– Podrías venir –sugiere, encogiendo un poco los hombros–. Si quieres y puedes, claro.

Se detienen. Ambos ahora se encuentran uno frente al otro. Tan solo unos pocos centímetros los separa. Taehyung no puede evitar pensar en que si diera unos cuantos pasos...

– Me encantaría.

Jungkook asiente. Ambos saben que es el momento, pero ninguno se atreve a dar el siguiente paso.

– Me gustas, Jungkook, y mucho –se oye decir.

Taehyung piensa en mil maneras en las que puede desaparecer en ese preciso instante. Puede correr, lanzarse por un acantilado, detener un carro e irse sin más, ser secuestrado por ovnis o tragado por la tierra, empero nada de eso sucede. El mundo sigue su curso normal y Jungkook todavía sigue frente a él con una sonrisa pegada al rostro.

– También me gustas, Taehyung, y mucho.

Sus latidos se disparan, y Taehyung teme que Jungkook pueda escuchar el tamborileo de su corazón fuerte y claro. Afortunada, pero inoportunamente, a la misma vez, para él, el celular de Jungkook comienza a sonar. Puede ver en la pantalla el nombre de Ji-Eun y el pelinegro rechaza la llamada.

Debería sentirse contento de tener toda su atención, pero algo muy dentro de él le dice que se ha entrometido en la relación de Ji-Eun y Jungkook, en aquello que tal vez hubiesen podido tener. No obstante, no se siente culpable, ni siquiera un poco. Le gustaría decir que sí, pero sería tan solo una mentira.

Jungkook acorta la distancia entre ambos, sin eliminarla por completo. Es Taehyung quien lo hace y, con ello, siente que el tiempo se ha detenido. Sus labios comienzan un baile suave contra los suyos y, al cabo de unos minutos, la intensidad se incrementa. A pesar de no quedar ni un solo centímetro de sobra, ambos sienten que la cercanía de sus cuerpos no es suficiente.

Sin embargo, sus pulmones los obliga a separarse en búsqueda de aire. La sensación es increíble, piensa el castaño, aferrándose aún al cuello de Jungkook.

– Taehyung –susurra el pelinegro con una sonrisa brillante en el rostro, mientras posa su frente sobre la del contrario–. Eres un sueño hecho realidad.

Esas palabras lo toman de sorpresa. Solo cuando se siente lo suficientemente valiente, busca los ojos de Jungkook y la admiración con la que este lo ve le deja sin aliento y pronto siente sus mejillas arder. Se esconde en el cuello del pelinegro y, al cabo de unos segundos, siente el pecho de Jungkook vibrar por la risita que ha soltado. El castaño, dejando de lado la timidez, se separa lo suficiente del mayor y, antes de que este último pueda reaccionar, le roba un beso, que esta vez le permite ir un poco más allá.

– Creo que se me va a salir el corazón.

Jungkook ríe–. Ya somos dos.

Taehyung le dedica una sonrisa y Jungkook siente que, en ese preciso momento, podría morir de felicidad.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora