56. Pertenencia

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Jungkook odia sentirse así. Desesperado por luchar contra el impulso de volver a Taehyung. Abrazarle, acomodarle un mechón de cabello y susurrarle que todo estaría bien. Sin embargo, hace todo lo contrario. Se aleja y toma el bus que lo lleva de regreso a casa.

Sus sentimientos son un desastre. ¿Por qué todo tenía que ser complicado cuando Taehyung y él estaban involucrados? ¿Por qué? Arroja las llaves en la encimera, pone a cargar el móvil y se tiende en el sillón de la sala de estar. Había evitando tanto pensar en él durante todo este tiempo y, en ese preciso instante, su mente solo volvía al momento en que Taehyung había confesado que le quería.

El sonido del celular encendiéndose lo devuelve a la realidad. Unos cuentos mensajes y una llamada se dejan ver en la pantalla. Jungkook se acerca lo suficiente para identificar al usuario. Cuando el nombre de Ji-Eun llega a sus ojos, se sobresalta. Toma una remera y las llaves, y conduce con el corazón latiéndole a mil por hora. Parquea y corre en dirección al edificio de Ji-Eun. Saluda brevemente al portero y se dirige al ascensor. Cuando este se abre, la ve y se siente aún más miserable. Ji-Eun lleva puesto un bonito vestido y un abrigo la protege del frío que cada vez se hacía más intenso en Seúl.

– Hola –dice Ji-Eun, todavía sorprendida.

Jungkook vuelve a odiarse.

– Lo siento ­–suelta e ingresa al ascensor–. Yo tuve un inconveniente y...

– No tienes que disculparte ­–interrumpe Ji-Eun, con la mirada baja y las orejas teñidas de color rojo.

– No, sí debo –insiste, mientras la lleva a su cuerpo y la envuelve en un cálido abrazo–. Era nuestra cita.

– No te preocupes –responde ella, todavía escondida en su pecho.

– Luces muy bonita –comenta y, aprovechando la sorpresa de Ji-Eun, se acerca a sus labios.

La mira y pide permiso con la mirada. Ella asiente y Jungkook la besa. Sus respiraciones se mezclan y la cercanía física parece ya no ser suficiente. Ji-Eun lo toma de la mano y lo lleva hasta su departamento. Ingresan a su habitación y ella vuelve a unir sus labios. Se siente bien y mucho más cuando sus cuerpos comienzan a corresponderse. Sin embargo, Jungkook no puede deshacerse de ese sentimiento de vacío que nuevamente se ha instalado en su pecho. Quiere convencerse que todo está bien de esta manera. Sin embargo, todo su ser le advierte que ese no es lugar al que pertenece.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora