Jungkook sabía que estaba listo para formalmente formar una familia desde hace mucho tiempo, pero Jongin tenía razón: ambos eran muy jóvenes en ese entonces. El castaño acaba de terminar la carrera y conseguir su título, y Jungkook había logrado posicionarse en la industria, musical. Sin embargo, ello no había impedido que él continuara pensando en casarse con Taehyung.
– Hola, amor –dice el castaño al ingresar a su departamento.
Lo habían adquirido hace un año y, desde hace unos meses, era completamente de ambos. Jungkook pausó la película que había elegido hace unos minutos y envolvió en un abrazo a Taehyung.
– Hola, mi vida –saludó, dejándose hacer por el castaño que se había recostado contra su cuerpo.
– Podría quedarme dormido aquí mismo –susurró, permitiendo que Jungkook lo llevara en brazos a la habitación principal–. Quédate conmigo.
– Me encantaría, cariño, pero debo ir a ver la cena o nuestra casa terminará en llamas –se excusa el pelinegro–, volveré.
El castaño asiente entre sueños y Jungkook deja la habitación. Se habían acostumbrado a esta rutina: días en los uno de ellos estaba completamente exhausto, días en los que ambos lo estaban o días en los que las energías les sobraban. Los momentos difíciles no habían faltado, pero al final del día la compañía de uno y el otro era lo más importante.
Regresa a la habitación, después de poner la cena en el refrigador, y se permite observar a Taehyung. Claro que quería ver esto toda la vida. A diferencia de hace unos años, en esta ocasión, ya no eran tan jóvenes y, al menos eso pensaba, tenían privilegio de gozar de estabilidad laboral y económica.
Lo había planeado toda la semana con ayuda de Jongin y Eunwoo, así que nada podía salir mal. Con ello en mente, Jungkook se dejó llevar por las olas del sueño junto a Taehyung. Mañana sería el gran día y estaba ansioso porque llegara ya.
Jungkook se sentía nervioso, no porque no se sintiese preparado sino porque simplemente le era inevitable sentirse así. Terminó de calentar la cena y la sirvió en dos platos. Taehyung había insistido en que no debían dejar que esa comida se desperdiciara, así que esa había sido la razón por la que el pelinegro se había visto en la obligación de posponer su propuesta de matrimonio. Claro que quería hacerlo ya, pero no comiendo fideos recalentados.
– A veces pienso que también deberías ser chef –dice Taehyung, enrollando una gran cantidad de fideos en su tenedor–. El dinero y talento que estamos perdiendo, caray.
Jungkook dejó ir una risita. El resto de desayuno transcurrió con tranquilidad, así que, como todo fin de semana, decidieron lavar juntos los cubiertos y recipientes. Mientras repasaba mentalmente todo lo que había planeado, el pelinegro se percata de que Taehyung está sospechosamente tranquilo. El castaño había dejado de lado los platos que estaba secando y se había recostado en la encimera. Le estaba observando con una sonrisa pegada en el rostro. Se veía guapísimo. Definitivamente a su lado quería pasar el resto de su vida.
– Cásate conmigo, Jeon Jungkook, por favor.
Taehyung lo mira sereno, como si sus palabras no fuesen las que el pelinegro acababa de escuchar. Jungkook pestañea, tratando por si se encontraba en un sueño.
– Sí –responde en automático, todavía algo aturdido–. Casémonos, Kim Taehyung.
El castaño le muestra una sonrisa brillante y lo atrae por el brazo hacia él.
– ¿Sabes? –dice contra el cabello del menor–. Pensaba pedírtelo hoy en la tarde.
Taehyung lo apartó de inmediato con el rostro rojo como un tomate–. ¿La he cagado?
Jungkook negó y acarició las mejillas calientes del más bajito–. Claro que no, amor. De hecho, me alegra mucho saber que ambos lo deseamos.
El castaño entrelaza sus manos y las observa–. Toda la vida.
– Toda la vida –repite el pelinegro, con al corazón latiendo al mismo ritmo que el de quien pronto se convertiría en su esposo.
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El chico de la bufanda lila (taekook)
Romantizm"El amor duele tanto como reconforta" Las vidas de Kim Taehyung y Jeon Jungkook se cruzan como si ambos hubiesen estado destinados el uno para el otro, pero el silencio podría llevarlos por rumbos separados. Kim Namjoon, cegado por sus propios miedo...