24. Déjà vu

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Jungkook se siente incompleto e increíblemente solo, a pesar de estar rodeado de, al menos, unas cinco personas, que están terminando de dejar todo listo para su última presentación en Uranio este mes. Durante estos días, no ha podido darle muchas vueltas a todo lo que le ha pasado las últimas semanas, ya que las evaluaciones de la universidad lo habían mantenido ocupado. Sin embargo, ahora que el semestre había llegado a su fin y ya no debía preocuparse más por ese lado académico de su vida, una ola de pensamientos se adueñaba de su mente.

La mayoría de ellos eran sobre Jongin y Taehyung. Del primero no había oído desde hace un buen tiempo y eso le inquietaba demasiado: Jongin, más que solo un hermano, se había convertido en un padre y, sin explicaciones, le había dejado solo. Del segundo, tampoco sabía nada, pero quería convencerse de que ello se debía a que probablemente el castaño también había estado ocupado con sus evaluaciones finales.

Antes de que pueda continuar pensando en algo más, le dan la señal y las luces caen sobre él. Toma un largo respiro y da por comenzada la noche con un cover de Cielo de Los York's. Se obliga a concentrarse solo en cantar y tocar la guitarra. Solo cuando llega al final y los aplausos de los presentes lo devuelven a tierra, lo ve cerca a la puerta de salida del local.

Jongin le dedica una mirada tan breve, que por un momento Jungkook cree que se lo ha imaginado. Su hermano estrecha las manos de dos sujetos, a los que no reconoce, y, tras hacer una inclinación corta en su dirección a modo de despido, se retira.

Con una simple reverencia, él hace lo mismo, dejando así el escenario. No sabe por qué le duele tanto esa actitud hasta que lo recuerda. Su padre. Su padre siempre había actuado así con él y que ahora Jongin lo haga también era como perder a la única persona en la que pensó podía confiar.

– ¡Qué bueno encontrarte aquí! –Hoseok se dirige a él con una sonrisa pegada en el rostro–. Te tengo buenas noticias. Chanyeol, un compañero de la universidad, que ahora tiene una disquera, te ha visto tocar y, bueno, quiere conversar contigo.

Jungkook lo mira confundido. ¿Sabe él que Jongin ha venido a Uranio? ¿Sabe de la razón por la que su hermano le ha estado evitándolo todo este tiempo? El enojo le está llegando a la garganta, pero antes de que pueda explotar alguien más, que acaba de ingresar al ambiente donde se encuentran, se adelanta.

– Así que aquí lo tenemos. Chanyeol, soy amigo de Jongin y Hoseok, pero eso tú ya lo sabes –le extiende la mano y Jungkook la recibe–. Este es Namjoon, un muy buen amigo también.

– Un gusto conocerte, Jungkook –dice Namjoon, extendiendo también su mano a modo de saludo y el pelinegro hace lo mismo.

Una extraña sensación lo invade. Cree haberlo visto antes, pero no recuerda cuándo ni dónde–. Un gusto conocerte también, Namjoon.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora