52. El adiós

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Esta noche en Seúl estaba siendo extrañamente tranquila. Había logrado sobrevivir la avenida principal sin estancarse por horas en el tráfico y encima había encontrado un espacio libre para parquear su auto.

Namjoon camina bajo las sombras de los árboles que abundan en el parque en el que había tomado la errónea decisión de terminar con Taehyung hace un tiempo atrás. Por ese motivo y otros más, estar ahí mismo, mientras deseaba volver al punto previo a ese encuentro, le parecía irónico, pero necesario. Anhelaba tanto regresar a aquellos días en los que su vida había cobrado sentido, de una u otra manera, al lado de Taehyung.

Lo divisa en uno de los asientos con vista al mar. Se acerca, acelerando un poco el paso, hasta ubicarse a su lado. El castaño voltea para verlo y le regala una sonrisa. La más bonita que había visto en su vida, piensa Namjoon. Le devuelve el gesto, sintiendo cómo el tamborileo de su corazón comienza a hacerse cada vez más fuerte.

– Es agradable volver a verte –dice, mirándolo de reojo.

– Lo mismo digo respecto a ti –responde, mientras centra sus ojos en sus dedos apoyados en sus rodillas.

El silencio se instala entre ambos y, sin ser consciente totalmente de sus actos, Namjoon deja que las palabras escapen de sus labios.

– No he dejado de pensar en ti todo este tiempo.

Taehyung suspira y, cuando se vuelve para mirarlo, Namjoon sabe exactamente lo que sucederá. Siente un leve dolor en el pecho, que se va haciendo cada vez más intenso.

– Lo siento –murmura–. No puedo... Yo estoy enamorado de alguien más.

¿Qué habría pasado si nunca hubiesen terminado? ¿Seguirían juntos? ¿Habrían tenido el mismo final? Namjoon decide que no tiene sentido continuar torturándose con tantas preguntas sobre algo que no volvería a "ser".

– Lo entiendo... ­–dice y, cuando el recuerdo de aquel día en el departamento de Taehyung vuelve a su mente, se siente un poco más miserable–. Lamento haber causado problemas.

El castaño se encoje de hombros, como si, de repente, una oleada de frío lo hubiese golpeado.

– Supongo que ya no importa –La culpa lo invade. Tras unos minutos, Taehyung rompe el silencio–. Debería irme.

– Puedo llevarte a casa con mi auto – Namjoon se pone de pie a la par que ella.

El menor lo rechaza, negando tranquilo con la cabeza.

– No, está bien así. De todos modos, solo debo caminar unas cuadras y todavía hay mucha gente por aquí.

Namjoon asiente. Luego de dudarlo por unos segundos, Taehyung extiende su mano y él la estrecha. Ambos sonríen una última vez, antes de ir en caminos contrarios. El moreno se detiene estando a unos pasos de su auto y voltea a verlo.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora