08. Dolor

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Taehyung sentía que definitivamente estaba viendo a otra persona en el escenario. Jungkook parecía haberse desconectado del mundo: solo eran él, su guitarra y la canción que endulzaba sus oídos. Sin embargo, no solo Taehyung estaba ensimismado con lo que veía en el escenario, sino también el resto de los asistentes, que escuchaban atentamente lo que ese chico, de cabellera negra, tocaba y cantaba.

Para Taehyung fue como si el tiempo se detuviera y solo pudiese enfocarse en el pelinegro. Por eso, se sorprendió cuando, de repente, todo volvió a transcurrir con normalidad: Jungkook agradeciendo y despidiéndose, el público aplaudiendo y Hoseok presentando a la Piedra Amarilla.

En una ocasión normal, Taehyung se habría quedado a escuchar a ese grupo, porque era uno de sus favoritos, pero, en ese preciso momento, solo quería encontrarse con Jungkook como se lo había prometido.

"En el backstage, un poco después del almacén, cuando termine la presentación", había dicho Jungkook mientras se dirigía de nuevo a Uranio, después de su fugaz encuentro en el patio del local, y Taehyung solo había atinado a responder que prometía verlo ahí.

No tuvo que explicárselo dos veces a sus amigos. Ellos lo entendieron de inmediato y, con su bendición, Taehyung se marchó en dirección al backstage, que se encontraba en el primer piso. No obstante, para llegar a su destino, debía primero cruzar todo el mar de gente que se había aglutinado para poder ver más de cerca a la Piedra Amarilla.

El corazón le latía tan fuerte, que su cabeza no se pudo concentrar lo suficiente en el tipo con el que había chocado, provocando que este derramara en la camisa de su amigo el trago que estaba bebiendo cuando se cruzaron. Este último, Namjoon, como lo habían llamado quienes lo acompañaban, solo atinó a decirle que no se preocupara y Taehyung le tomó la palabra. En ese instante, solo había una persona que le importaba.

Había esperado tanto ese momento, que cuando llegó, sintió que todo su mundo se partía en pedazos. Le habían roto el corazón sin que el castaño lo esperara y eso lo dejaba aún más devastado. Jungkook, sentado en uno de los parlantes, sostenía de la cintura a Jimin. El chico se aferraba al cuello de quien se había robado cada pensamiento de Taehyung los últimos días, mientras se acomodaba entre sus piernas.

Se quedó en silencio mientras la escena antes descrita continuaba ejecutándose frente a sus ojos. Era suficiente, se dijo a sí mismo. Reunió las pocas fuerzas que le quedaban y se obligó a dar media vuelta, sin esperar encontrarse con Yoongi, cuyo rostro revelaba el mismo dolor que Taehyung había experimentado hace unos minutos. Ambos, sin palabras, se entendieron y consolaron. Sin preguntar ni poner reparos, Taehyung se dejó llevar cuando Yoongi lo tomó de la mano y lo sacó de ese lugar.

El chico de la bufanda lila (taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora