El nerviosismo lo invade desde el momento en que abre los ojos y lo acompaña el resto del día. Había deseado que esta noche llegara y, sin embargo, en este preciso momento, no se sentía listo. Le hubiera gustado detener el tiempo y olvidarse de todo aquello que lo estaba ahogando, pero las cosas no funcionaban así. Le era imposible borrar de su memoria la última imagen que tuvo de Jungkook. Le era imposible perdonarse, empero aún así esperaba que él pudiera hacerlo.
Camino a Uranio, Taehyung repasa mentalmente lo que piensa decir e imagina mil escenarios, que se derrumban cuando lo ve ingresar al local. Si en algún momento, se había sentido tan seguro de acercarse a él, todo ello había quedado en el pasado.
Lo llama por su nombre y el pelinegro se detiene. Eunwoo, que va a su lado, le hace una señal con la cabeza y los deja solos. Jungkook se vuelve y la tristeza en sus ojos golpea a Taehyung de improviso. Planea pedirle unos minutos para conversar, pero el mayor se adelanta.
– ¿Sientes... algo por él? ¿Algo más que una simple amistad?
– No lo sé –se escucha decir y se odia por ello.
Una lágrima recorre la mejiila derecha de Jungkook.
– Es una lástima, porque yo sí tengo claro lo que siento por ti, Taehyung –dice el pelinegro ocultando el dolor que ataca a su corazón detrás de una sonrisa–. Así que, cuando tú tengas claro lo que sientes por mí, entonces veámonos y hablemos.
Taehyung sabe que no es justo, pero la idea de verlo ir de nuevo lo desespera. Antes de poder evitarlo, lo sujeta del brazo. El pelinegro toma su mano entre las suyas y deshace el agarre.
– Taehyung, no nos hagamos más daño. Las explicaciones ahora están de sobra. Al fin y al cabo, tú y yo nunca fuimos nada, ¿no? –dice, tan cortante y distante, que el castaño siente que tales palabras se le clavan como navajas en el pecho.
Lo ve retirarse y perderse entre los vestidores. Quiere llorar, pero no se lo permite. No cuando medio personal ahora está ingresando por el pasillo, listo para comenzar con la jornada de la noche.
– Pensé que estarías con Jungkook –Hoseok se ha detenido a su costado para atar el pasador de una de sus botas. Cuando Taehyung le lanza una mirada llena de confusión, el chico le sonríe y se explica mientras se pone de pie–. Ya todos sabemos lo que pasa entre ustedes. Además, hoy es su último día en Uranio.
Hoseok lo mira extrañado al notar que Taehyung no responde.
– ¿No te lo dijo? –pregunta y, como si el tema no fuera de mayor importancia, prosigue sin esperar una respuesta–. Debe ser porque la noticia es reciente. Ya sabes, ahora que tiene todo lo de la disquera encima, solo le quedará tiempo para las actividades de la empresa y la universidad.
Hoseok cambia el tema hacia otros relacionados a Uranio que, en ese preciso instante, poco o nada le importan a Taehyung. Los deseos de correr tras Jungkook y pedirle una explicación lo abrasan. Sin embargo, solo atina a quedarse en silencio. No tiene derecho, ¿no? Había sido él mismo el que había creado el espacio que los dividía y que ahora lo estaba matando por dentro.
ESTÁS LEYENDO
El chico de la bufanda lila (taekook)
Romance"El amor duele tanto como reconforta" Las vidas de Kim Taehyung y Jeon Jungkook se cruzan como si ambos hubiesen estado destinados el uno para el otro, pero el silencio podría llevarlos por rumbos separados. Kim Namjoon, cegado por sus propios miedo...