Narra Matt
—Así que mañana es el día.
—S-sí, mañana —despegué la mirada de la maleta y la dirigí hacia mi madre, quien se encontraba recostada contra el marco de la puerta de mi habitación—. Estoy nervioso —confesé con voz temblorosa. Cuando vi que mi madre estaba a punto de llorar no pude evitar romper en llanto.
En el momento en el que sentí las primeras lágrimas en mis mejillas cubrí mi rostro con mis manos. Segundos después sentí los brazos de mi madre rodeándome.
—Te voy a extrañar mucho, hijo. Espero poder ir también, pero si no es así recuerda que siempre estaré para lo que necesites —asentí con la cabeza—. Tienes que cuidarte mucho. Comer bien y no te diré que no salgas mucho, ni que no te diviertas, pero sabes que debes tener mucho cuidado por allá, ¿cierto? Es un lugar nuevo, no conoces a nadie. Ten mucho cuidado con quienes te relacionas y trata de evitar peligros innecesarios, hijo —alejé mi cabeza del pecho de mi madre—. ¿Lo prometes?
—Sí, mamá. Tú sabes que yo soy muy prudente. Yo estaré bien —la abracé—. Y tú también tienes que estar bien, má. ¿Lo prometes?
Su llanto desconsolado me estrujó el corazón.
—Te voy a extrañar mucho, hijo. ¿Te imaginas yo aquí toda sola? —no quería dejar a mi madre, no me sentía preparado para estar tan lejos de ella. Nunca nos habíamos alejado tanto—. Pero estaremos bien —besó mi frente—. Estoy muy feliz y orgullosa de ti. Sé que lo harás bien —me soltó y pasó sus dedos pulgares por mis mejillas—. Ahora a empacar. No vayas a olvidar nada.
Me dirigí hacia el armario para continuar sacando la ropa que quería llevar. Puse todo sobre la cama y cuando me iba a poner a doblar la ropa sonó el timbre.
—¿Quién será? —mi madre me miró extrañada—. Voy a ver.
Seguí organizando mi equipaje. Para subirme un poco el ánimo puse música.
—Dramama Ramama Ramama hey —comencé a cantar mientras doblaba y empacaba—. Dramama Ramama Ramama hey —seguí cantando y luego murmurando cosas ininteligibles, tal vez hasta invocando al diablo, pues no sabía coreano—. No way not funny —tomé unas medias y las hice rollito, lo acerqué a mi boca y simulé que era un micrófono—. Daydream.
—Matt —la puerta se abrió sin darme tiempo para reaccionar y cuando me di cuenta en la puerta estaba mi mamá y Tobi mirándome y apunto de reír—. En mis cajones hay un micrófono, hijo.
Alejé las medias de mi rostro, las doblé y las metí en mi maleta.
—Si la puerta está cerrada es por algo —dije con las mejillas ardiendo.
—No te enojes, Matt. Por allá en Alemania te va a hacer falta que tu mamá irrumpa en tu habitación sin aviso —mi madre puso unas camisas en mi maleta y luego salió de la habitación.
—No lo creo —grité. Como respuesta solo escuché una risa—. Hola, Tobi. ¿Qué haces aquí?
Desde el día del grado no nos habíamos vuelto a ver.
—Hola, Matt —el chico entró en la habitación y se sentó en la silla del escritorio—. Solo pasaba por aquí y pensé en que sería buena idea entrar a saludar. Mañana te vas, ¿cierto?
—Sí —un silencio incómodo se apoderó del lugar—. ¿Y cómo te fue ese día? ¿Qué comieron al fin?
—La mamá de Irene hizo su arroz especial. Es como oriental, la verdad no sé exactamente de dónde sea, pero es delicioso. También partieron una torta de chocolate. Todo estaba muy rico.
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Desde que te soñé (Gay) TERMINADA
RomanceEsta es la historia de Matt Howerdel, un chico que se ve obligado a mudarse de casa luego de enterarse de que su madre ha encontrado un nuevo amor y quiere rehacer su vida. La idea que al principio le parece absurda, termina por ilusionarlo ya que a...