Narra Matt
¿Pico botella? ¿Hablaban en serio? Yo ni siquiera sabía besar, hasta el momento no había dado mi primer beso y el hecho de pensar en que sería en esas circunstancias no me producía ningún tipo de gracia. Es que era como si desperdiciara un momento especial, el primer beso... todos hablan de ellos como algo hermoso y magnifico ¿lo sería bajo esas condiciones?
"Hagamos otra cosa" "No quiero jugar" "Esto es estúpido" Esas fueron algunas de mis palabras, palabras que no sirvieron de nada pues fueron totalmente ignoradas. En un abrir y cerrar de ojos, aunque había puesto resistencia, me encontraba formando parte de un circulo de personas y no podía pensar en otra cosa que salir corriendo de allí, pero la mirada amenazadora de Tobi era como cuerdas invisibles que me amarraban al piso y me hacían imposible huir de aquel lugar.
—Lo haremos así —Mariana comenzó a hablar—. Se vale cualquier cosa que salga —Todos nos miramos sin asimilar lo que decía—. Salga hombre o mujer, tendrán que besarse ¿está claro?
—¡Estás loca! —gruñó Daniel, un chico castaño que siempre se hacía en los puestos de atrás del salón de clases—. Yo no besaría a un chico aunque me pagaran —Todos estaban estupefactos, probablemente ya habían jugado en el pasado pero no con esas reglas.
—No seas tan aburrido, estamos entre amigos —dijo ella en un puchero—. Además, no es nada del otro mundo, hay gente que practica sus besos con sus mejores amigos sin importar si es hombre o mujer, incluso he sabido de gente que lo hace con sus hermanos o hermanas. Es sólo un juego y lo que pase aquí se queda aquí.
¿Practicar con sus hermanos? Pero qué miércoles acababa de escuchar, Mariana era más extraña y loca de lo que parecía a simple vista. De cualquier modo su idea no me molestaba en lo más mínimo, existía la posibilidad de besar a Alexander. Y bueno, en todo el rato no había dejado de pensar en él, es que se veía tan guapo vestido de negro.
—A mí no me molesta —Una chica cuyo nombre no recordaba alzó su voz—. Eso lo hace más divertido —mordisqueó su labio inferior con picardía—. Vamos no sean tan aburridos y cobardes.
—Que escoja Matt —sugirió Mariana acercándose a mí y tomándome del brazo.
—Y-yo no lo sé —respondí con voz temblorosa, ¿qué pensarían todos si dijera sí? ¿Podrían pensar que soy gay?—. Y-yo ni siquiera deseo jugar esto.
—A mí tampoco me molesta —dijo Sam, todos lo volteamos a ver con sorpresa. ¿Realmente había estado de acuerdo? ¿No le molestaban ese tipo de cosas? Yo no sabía nada de él puesto que a duras penas nos dirigíamos el saludo—. ¿O qué? ¿Les da miedo que les guste? —agregó en tono de burla.
—Por supuesto que no, a mí lo único que me preocuparía es que alguien le dijera algo a mi novia —Esta vez fue Tobi el que habló—. Además creo que se enojaría más si fuera con una mujer, es decir, si es con un hombre es como si no valiera. Ella sabe que yo no podría ser un mariquitas —añadió como si sintiera asco. Sus palabras fueron como agujas que eran clavadas sin piedad en mi corazón.
Hice mi mayor esfuerzo por no demostrar que me había dolido, no quería ser descubierto y menos de esa forma. Escucharlo me había asegurado algo, en ese lugar no podía ser yo, no mientras Tobi estuviera cerca de mí, no mientras sintiera que debía tener una buena relación con él por mi madre, no mientras estudiáramos en la misma escuela, compartiéramos el mismo cuarto, en fin... Me entristecí, las cosas no cambiarían como lo había prometido mi madre. No sería libre, incluso todo era peor, por lo menos mi padre, aunque sus palabras eran fuertes y dolorosas, no era capaz de lastimarme físicamente.
—¿Entonces qué dicen? —volvió a hablar Mariana—. ¿Matt?
—Como quieran, me da igual —contesté cortante—. Mientras las cosas se queden entre nosotros no veo el problema.
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Desde que te soñé (Gay) TERMINADA
RomanceEsta es la historia de Matt Howerdel, un chico que se ve obligado a mudarse de casa luego de enterarse de que su madre ha encontrado un nuevo amor y quiere rehacer su vida. La idea que al principio le parece absurda, termina por ilusionarlo ya que a...