Capítulo 41

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Narra Matt

—Ayúdame a poner esto, hijo —Mi madre me alcanzó un juego de luces navideñas—. Ponlas rodeando el árbol —agregó mientras escarbaba en una caja.

Nos encontrábamos mi madre, Richard, Tobi y yo arreglando la casa para navidad, era la primera navidad que pasaríamos juntos y eso me hacía sentir muy emocionado. Los días se habían pasado volando, las cosas estaban mejorando, de cierta manera ya parecíamos una familia.

—Matt, ponte esto.

No alcancé a responder cuando ya tenía algo en mi cabeza, era un gorro gracioso que tenía la cara de un reno. La nariz del animal alumbraba al espicharla.

—Te ves gracioso —Tobi soltó una carcajada—. Pero te queda bien.

Sonreí y seguí acomodando las luces.

Tobi y yo nos llevábamos cada vez mejor, lo cual me alegraba demasiado, era como si al fin las cosas comenzaran a ir bien en mi vida. Al fin me sentía en familia, estaba rodeado de amigos, tenía una persona que me quería y a la cual yo quería, la escuela había terminado bien y todo parecía mejorar con el tiempo. Incluso me había contactado con mi padre y habíamos hablado por Skype, aunque todavía no podía decir que me había aceptado, ni que yo lo hubiese perdonado por su cruel rechazo.

El timbre sonó, Tobi corrió a abrir la puerta. Escuché los pasos provenientes de las escaleras y luego vi a Tobi entrar con una expresión de fastidio en su rostro. Tras él venía Sam con una sonrisa bailando de lado a lado.

—Buenas tardes —dijo acercándose a mi madre para darle un abrazo—. Señora Sara, ¿cómo le ha ido?

—Sam. Me alegra tenerte por aquí —A mi madre le agradaba mucho Sam—. Llegaste justo a tiempo, mira todo lo que tenemos que arreglar.

Sam miró el montón de cajas y después de saludar a Richard y de darme un beso dejó su mochila en una silla y se unió a nosotros.

Mi madre puso música a todo volumen, música muy vieja y cursi, aunque bonita. Estuvimos toda la tarde arreglando las cosas, cambiando algunas cosas por otras, las cajas que vaciábamos enseguida se iban llenando. Cambiamos vajillas, cortinas, manteles, cuadros, absolutamente todo tomó un aire navideño, y lo más importante, llenamos las ventanas de luces y pusimos un gran y hermoso árbol.

—En mi casa no ponemos nada —dijo Sam—. Somos la familia Grinch.

—¿Por qué? —pregunté echándome en el sofá, ya me sentía cansado.

—¿Para qué? —respondió el pelinegro—. Además, a mí me da pereza tan sólo pensar en que después habrá que quitar y guardar todo otra vez.

—Eres un aburrido —dije tirando una bota en su cara.

—¿Tú qué piensas, Tobi? —Nos encontrábamos los tres en la sala. Mi madre y Richard habían salido a comprar algo de comer. Tobi parecía ido—. ¿Tobi?

—¿Eh? ¿Qué pasó? —inquirió el rubio.

—¿No te da pereza armar todo esto para luego tener que guardarlo otra vez? ¿Y hacer el mismo ritual cada año?

Tobi levantó los hombros y las cejas.

—No lo sé, la verdad me da igual —contestó—. Me avisan cuando llegue la comida —El rubio se levantó del mueble y se dirigió a nuestro cuarto.

«Es porque está Sam» pensé en un suspiro. Tobi realmente estaba enamorado de mí y no sabía qué hacer para que dejara de estarlo, lo nuestro simplemente era imposible. «Yo estoy con Sam, yo quiero a Sam» me dije mentalmente. «Además, nuestros padres están en una relación, sería muy extraño» suspiré otra vez.

Desde que te soñé (Gay) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora