Capítulo 52 (alternativo)

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Narra Tobi

Era viernes, ya había llegado la tarde, el día en la escuela se había pasado volando, lo cual me alegraba, había días en los que las horas parecían eternas. Matt y yo fuimos a casa, al llegar mi padre y Sara nos estaban esperando para almorzar juntos, todavía se me hacía raro que hiciéramos ese tipo de cosas los cuatro.

Después de comer Matt, Sara y mi padre salieron, pues Sara estaba organizando una exposición de arte. Yo me quedé en casa a terminar unas tareas que habían dejado, no entendía cómo es que Matt hacía todo tan rápido.

Cuando estaba por terminar con la tarea de matemáticas pensé en Irene. Esa mañana la había visto observando a Matt y entonces llegó a mi mente la idea de hablar con ella y convencerla de que hablara con Matt, si no me creía a mí a ella tenía que creerle.

—Iré a hablar con ella —dije cerrando el cuaderno sin terminar la tarea.

Saqué mi bici y en menos de nada me encontré frente a su apartamento. Llamé a la puerta y su madre abrió.

—Tobi —no parecía muy contenta de verme. Supuse que sabía que la relación entre su hija y yo no había terminado bien y que había sido debido a mí, no la culpaba por no querer verme cerca de Irene—. Irene no está.

—¿Se demora? Es que necesito hablar urgentemente con ella.

—Fue a casa de su novio —dijo la señora.

—¿Su novio? —reí—. Bueno, gracias señora.

—Déjala en paz. Ella ya tiene a alguien más.

—Si yo fuera usted haría que Irene se alejara de Sam —dije. La mujer me miró mal y luego cerró la puerta.

Rápidamente bajé las escaleras y busqué mi bici.

—Tobias —dijo la señora Carmenza—. ¿Cómo estás?

—Bien, seño —contesté preparándome para tomar rumbo a casa de Sam—. ¿Y usted?

—Muy bien, gracias. ¿Para dónde vas con tanta prisa?

—Es una larga historia —suspiré—. Deséeme suerte, doña Carmenza.

—Ten cuidado por ahí, Tobi.

Puse mi pie en el pedal y comencé a andar. Al llegar a la esquina de la casa de Sam vi a Irene caminando a paso lento, estaba llorando.

—Irene —me detuve frente a ella.

—¿Qué quieres? —preguntó mirándome con rabia.

—¿Qué ocurre? ¿Te pasó algo?

—No es algo que te importe, Tobi. Déjame en paz —me empujó.

—¿Para dónde vas? —La agarré del brazo—. Espera, no te dejaré ir sola a ningún lado, no en ese estado.

—Suéltame —se soltó de mi agarre—. Deja de meterte en lo que no te importa.

—Pero me importa —levantó su mirada hacia mí—. ¿Cómo no iba a importarme? Eres una persona importante para mí, te quiero mucho y lo sabes. Dime qué ocurre, ¿fue algo que te hizo Sam? Dime qué te hizo y yo voy a pararlo.

—Lo siento, Tobi. No puedo hablar ahora, no me siento bien. Por favor déjame ir —se secó las lágrimas con la manga del saco.

No insistí más. Irene me dio la espalda y se fue. Yo seguí mi camino hacia la casa de Sam. Una vez allí di dos golpes a la puerta, esta se abrió enseguida.

Desde que te soñé (Gay) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora