Capítulo 50

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Narra Alexander

Era sábado, la semana se me había hecho eterna. Me encontraba en cama pensando en si debía o no escribirle a Santiago. El último mensaje lo había escrito yo y me había dejado en visto, aunque el mensaje no era la gran cosa, sólo le había escrito "vale".

—Escríbeme —murmuré mirando la pantalla.

Santiago estaba en línea, ¿por qué no me escribía?

«Le escribiré» puse un hola y enseguida lo borré. «No, mejor no» dejé el celular en la mesa de noche. «Pero» mordisqueé mi labio inferior «quiero verlo hoy». Tomé el celular nuevamente y comencé a escribir palabras, que borraba en seguida, puse emoticones, también los borré, ¿un corazón funcionaría? Por supuesto que no, sería muy raro. Dejé escapar un suspiro y me rendí. Cerré whatsapp y dejé el celular en la mesa. Me recosté en la cama, mirando al techo y cuando cerré los ojos el sonido de una notificación llegó a mis oídos.

—Es él —dije agarrando el aparato y desbloqueando la pantalla.

Santiago: Me quedé esperando a que terminaras de escribir, ya estaba como: yeiii recibiré una hermosa carta o un gran mensaje de amor y luego sólo te desconectaste :'v

Alexander: Yo no te iba a escribir, además el último mensaje fue mío.

Santiago: Eso no cuenta

Alexander: Para mí sí

Santiago: Vale

Alexander: mmmm

Santiago: J

Alexander: .-.

Santiago: :*

Alexander: Ya no más

Alexander: Como sea, sólo quería saber si puedes venir a mi casa hoy.

Alexander: Y bueno, si quieres venir.

Santiago: D: ¿Me estás invitando a algo?

Santiago: ¿Hoy es el día de lo contrario?

Alexander: -_- ¿quieres o no?

Santiago: Iré si me dices que me quieres :3

Alexander: ...

Santiago: ¿No me quieres?

Alexander: Si quieres venir aquí estaré, chao.

Santiago: Lo pensaré

Los minutos pasaron, convirtiéndose en horas. Era ya medio día cuando tocaron a la puerta, corrí a abrirla esperando encontrarme con Santiago del otro lado, pero no era él quien tocaba.

—Hola, Alex.

—Irene, hola —no pude ocultar mi expresión de decepción—. ¿Qué tal?

—Bien —parecía algo triste—. ¿Puedo pasar? —preguntó mirando hacia adentro de mi apartamento.

—¿Para? —Ella me miró extrañada—. Lo siento, este —hice una pausa—. Lo que pasa es que tengo visita y pues no tarda en llegar.

—Necesito hablar contigo —dijo la pelinegra agachando la mirada—. Necesito hablar con alguien, me siento muy mal, Alex.

Recordé mi conversación con Tobi y pensé en que tal vez lo que quería decirme estaba relacionado con eso.

—Está bien, pasa —abrí la puerta completamente, Irene entró y se sentó en el sofá—. ¿Qué ocurre?

Desde que te soñé (Gay) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora